Invertir en suelo rústico, valor seguro
Analizar las oportunidades y el valor que, como inversión, tiene el suelo rústico en España y Portugal será uno de los objetivos fundamentales del II Congreso Ibérico de Fincas Rústicas, que FINCALISTA celebrará en Madrid el próximo 1 de febrero.
El suelo rústico actualmente es un valor en alza gracias a la versatilidad de su uso y a las múltiples alternativas que ofrece. El principal patrocinador del Congreso, Banco Santander, afirma, a través de la directora de Negocio Agroalimentario de Santander España, Lorena Ruiz, que “invertir en suelo rústico es un valor seguro, porque desde la tierra producimos alimentos necesarios para una población en crecimiento; al final estamos produciendo alimentos que deben dar una rentabilidad a nuestros agricultores y tenemos que tener cada vez más tierra productiva y, a ser posible, de regadío”.
Héctor Rodríguez, Associate Director en Agribusiness de CBRE, subraya la adaptación y modernización del sector “hasta convertirse en una oportunidad atractiva y real de inversión para inversores con mayor capital, atraídos por retornos estables y por la posibilidad de construir carteras diversificadas”. Además, señala el principal atractivo del Agro business para la comunidad inversora, “se trata de un activo real y simple basado en la tierra y el agua y que responde a algo tan básico y fundamental como es la alimentación humana; se trata de un sector resiliente ante diferentes ciclos económicos y se considera un valor refugio que protege las inversiones en periodos inflacionarios altos”.
Desde Gesvalt, su directora general, Sandra Daza, va más allá y apela a la sostenibilidad, “se han detectado varias tendencias que apuntan a un incremento del valor de los suelos rústicos, como la creciente demanda de proyectos sostenibles y respetuosos con el Medio Ambiente; este aspecto también se vincula con un interés cada vez mayor por el turismo rural y la demanda de experiencias naturales auténticas”. Además, añade que, “los avances tecnológicos, junto con la mayor demanda de productos ecológicos y locales también podrían suponer un aliciente al incremento del valor de estos suelos”.
Versatilidad del suelo rústico
El año que comienza se vislumbra positivo para el sector, tal y como afirma Lorena Ruiz, de Santander, “En 2023 se ha producido un descenso, pero podríamos decir que lógico por todos los efectos de la inflación y las adversidades climáticas, sin embargo, creemos que es un sector que tiene por delante un año muy importante, tanto por la materialización de adquisiciones de fincas como de arrendamientos, provocado también por el relevo generacional”.
La tendencia del sector es positiva y se detecta una fuerte demanda por parte de los inversores, a pesar de estar en un escenario en que la disponibilidad de tierra productiva y con agua es limitada, tal y como explica Héctor Rodríguez, de CBRE. Desde 2017 se ha observado una tendencia positiva en el número de transacciones de fincas rústicas, “que marcó el máximo en 2021 y que se sitúa en 234.000 unidades transaccionadas en el primer semestre de 2023, “de este modo, el volumen total de inversión institucional durante 2023 ha sido superior a los 2.000 millones de euros; vemos cómo en los últimos años el sector se ha sofisticado y profesionalizado, lo que ha facilitado la entrada de inversores institucionales. Además, desde la perspectiva del inversor, el valor de un activo rústico está estrechamente vinculado al interés que despierta y a su liquidez”.
Nos encontramos ante un sector que, según el INE, de octubre de 2022 a octubre de 2023 experimentó un crecimiento del 10,9%, “sin embargo estimamos que su demanda continuará al alza, impulsada por los nuevos hábitos de vida y las necesidades de la población”, explica Sandra Daza, quien apela a la versatilidad de este tipo de suelos, “su valor se ve potenciado por aspectos como su ubicación cerca de los centros urbanos y su mayor accesibilidad frente a los suelos de las ciudades, además en ellos se pueden realizar múltiples actividades: agrícolas, ganaderas, fincas forestales, cinegéticas, ecuestres, de ocio o incluso para plantas de energías renovables”.
Sin embargo, a pesar de estas previsiones positivas y su valor al alza, Sandra Daza subraya la necesidad de “políticas de estímulo económico, como incentivos fiscales o regulaciones del mercado inmobiliario, que ayuden a potenciar la inversión de bienes rústicos”.
Congreso de referencia
En este sentido, desde Santander siguen trabajando para ofrecer al inversor las mejores condiciones y asesoramiento, “nuestra línea de financiación, el fondo Agro Smart, están muy focalizados en esas nuevas inversiones en el campo, donde las fincas son principalmente de arrendamiento”, explica Lorena Ruiz, “realizamos el acompañamiento desde el inicio de la operación y el plazo de financiación se puede alargar para las compañías cuyas fincas son de arrendamiento”.
Por su parte Gesvalt aportará en el Congreso su amplio conocimiento del mercado, a través de su labor de consultoría y valoración, para analizar la situación del sector inmobiliario rústico, “así como las oportunidades de inversión que existen en el mismo”, explica Sandra Daza, quien además subraya que la empresa opera en España y en Portugal desde hace 30 años, “por lo que además de la amplia experiencia en valoraciones de fincas rústicas, incorporamos la experiencia de nuestro equipo de Corporate Advisory en el Agro business”.
Héctor Rodríguez destaca la dimensión y presencia internacional de CBRE, “lo que aportará al Congreso una visión completa y única de lo que está sucediendo a nivel global en el sector inmobiliario; concretamente desde el área de Agro business, donde tenemos más de 20 años de experiencia en algunas zonas como Estados Unidos o Australia y participamos en operaciones a lo largo de toda la cadena agroalimentaria, además de estar especializados en compraventa/arrendamiento de fincas rústicas, M&A, operaciones de sale&leaseback, asesoramiento en el crecimiento de operadores y empresas del sector”.
El II Congreso supondrá un punto de encuentro muy interesante para los profesionales, “la primera edición fue un éxito”, explica Lorena Ruiz, “y el atractivo que está generando está siendo igual o mayor que el primero, principalmente por el contexto de las ponencias que se van a desarrollar, los talleres de inversión y el espacio de encuentro que va a suponer; creemos que ya se ha convertido en el Congreso de referencia del sector agroalimentario y que ha despertado el interés de todas las partes de la cadena de valor, no solo en inmobiliario rústico, también en industrial, transformación, producción…, sin duda muy atractivo”.