El tope del precio de la fruta y verdura, ¿ayuda o trampa?
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, anima a los agentes del sector a llegar a un acuerdo en los precios de la fruta y verdura, entre otros. Cómo respuesta, los sindicatos agrarios plantan cara a esta medida y denuncian lo perjudicial que puede llegar a ser para el agro nacional.
Por Miriam Pérez, periodista especializada en política agroalimentaria.
“30 productos a sólo 30€”, era el anuncio con el que la cadena de supermercados Carrefour, copó todas las portadas de los medios especializados y generalistas, a principios de septiembre. En ese comunicado, detallaba qué productos básicos podían adquirirse a ese precio, pues bien, en la lista aparecía aceite, pan, latas de conservas, etc… y una de las grandes ausentes eran las frutas y las hortalizas, de las que se recomiendan 5 piezas al día, por la OMS.
La distribuidora francesa puso en marcha esta iniciativa que un par de días antes, en concreto el 5 de septiembre, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, sugirió a consumidores y cadenas de supermercados, topando los precios “de productos básicos cómo el pan, la leche, los huevos o la fruta”, para ayudar a los consumidores a combatir la inflación y la subida de costes que se está viviendo en España y que se prevé vaya a peor, por causa de la invasión de Rusia a Ucrania.
Una semana después y junto al ministro de Consumo, Alberto Garzón, se reunió con los grandes representantes de la distribución, cómo son ASEDAS, ACES, ANGED, El Corte Inglés, Alcampo o Carrefour, para animarlos a llevar a cabo esta medida económica de poner precio de la fruta y verdura, olvidándose de los productores, que “algo tendrán que decir al respecto”. Al día siguiente, la distribución comunicó que no respaldaba la medida de Díaz y que pedía al Gobierno que controlara el IPC alimentario, afirmando que, en los últimos tiempos, “se ha experimentado un crecimiento a una tasa anual media del 6,7%, frente a una tasa anual media en él índice de precios industriales o IPRI de Alimentación de 12,8%.
Postura compartida y respaldada por Luis Planas, ministro de Agricultura, y lo “tildó” de forzado. Y recalcó que lo necesario es «pedir responsabilidad a cada eslabón de la cadena» alimentaria, para que «los ciudadanos tengan precios razonables», y que el resto de las medidas es “forzado”.
¿Qué propone la Distribución y por qué se niega a aplicar esta medida?
Los principales agentes de la distribución alegaban tres motivos claros por los que se niegan a bajar y a pactar esto precio de la fruta y verdura: afirman que su margen es muy reducido, que es incompatible con la defensa de la competencia y que, en países como Francia, esta medida causó una bajada en la calidad de los productos y pérdida de confianza por parte del consumidor.
¿Y qué hacer para que no se resienta el bolsillo de la gente? “Que se baje el IVA de los alimentos, que se suspendan de forma temporal los impuestos medioambientales y que se apliquen unos precios sostenibles de energía para la distribución”.
Pero en este artículo, se va a plasmar el punto de vista de los grandes olvidados, las empresas productoras, las cooperativas y las asociaciones agroalimentarias. ASAJA, COAG o COEXPHAL, no se muestran nada favorables: ni a su falta de presencia en esta reunión, ni a las medidas propuestas desde los Ministerios de Trabajo y Consumo.
Y, ¿qué dicen los productores de poner precio de la fruta y verdura?
Si en algo coinciden las asociaciones consultadas, es en el hecho de que hay que tomar medidas por parte del Gobierno para que la fruta y la hortaliza no se conviertan en artículos de lujo, si no que formen parte de una dieta sana y variada a la que todo el mundo tiene derecho. Pero, y en esto coinciden con la distribución, no ven en la medida la solución a este problema, sino que, avisan del peligro que puede tener para el sector primario una medida de este calibre.
“De todas las propuestas que se podrían haber realizado para atenuar los precios; esta ha sido la más desafortunada, debido a que es la comprobación de un desconocimiento absoluto de la realidad del sector”. Adoración Blanque, presidenta de ASAJA Almería, fue una de las primeras en trasladar a los medios su total negativa, tachándola de “un ataque en toda regla al sector agroalimentario que en absoluto ayudará a los productores y que deja a merced de distribuidoras el futuro del sector agrario”.
Por su parte, desde COAG, su responsable estatal de Frutas y Hortalizas, Andrés Góngora, hace una llamada a la reflexión, recordando que, “si se topa el precio de productos cómo el tomate, los productores nacionales dedicarán toda su producción a la exportación” y avisa, “además de una fuga de cerebros, España tendrá una fuga de tomates”. Desde la entidad abogan por la creación de un Observatorio De Precios, que analice todo el proceso de su formación, porque “hay intermediarios que, desde la producción hasta la distribución, solo encarecen el precio y no aportan valor”.
Y no sólo recalcan el problema de que, todo el producto se irá a las exportaciones, sino que, tal y cómo denuncia Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL, “España se tendrá que abastecer de productos de países terceros, en los que la seguridad alimentaria no está garantizada”.
Con toda esta información, preguntamos, el tope al precio de la fruta o la verdura, ¿es una ayuda o una trampa? ¿Será la salvación de los consumidores, pero la destrucción del ya dañado sector agroalimentario?