UPA y COAG valoran 2016 como año de gran producción pero bajos precios agrarios
En su habitual balance de cierre de año, las organizaciones agrarias COAG y UPA han coincidido en valorar 2016 como un año que se ha caracterizado por un importante incremento de la producción (que ha crecido en valor hasta los 46.487M€), en contraposición a los precios agrarios, que han venido experimentando una caída generalizada que COAG calcula en un 4% y que, según denuncia UPA, es la principal causa, junto con la inacción y falta de apoyos por parte de las instituciones políticas, del ahogo económico que vienen padeciendo los productores de alimentos en España.
En su balance anual, UPA llama la atención sobre el parón político «que ha frenado reformas muy necesarias para el campo español»
Según destaca COAG, el aumento del 5,1% en la renta 2016, según la primera estimación de la renta agraria publicada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), se debe, fundamentalmente, a un aumento de la cantidad producida (6,8% en producción vegetal, destacando el significativo incremento en la producción oleícola (+69%), y 5,2% en ganadería). En esa línea, su secretario general, Miguel Blanco, señala que dicho dato puede resultar engaños, ya que el aumento en la renta agraria «es consecuencia directa de una mayor producción y no tanto por unos mejores precios percibidos por el agricultor y ganadero». De hecho, y según informa esta organización, los precios agrarios han caído un 3,2% en cultivos agrícolas y 4,6% en sectores ganaderos. Por sectores, destacan los descensos en plantas forrajeras (-11,9%), hortalizas (-10,9%), cereales (-10,9%), aceite de oliva (-5,1%) y plantas industriales (-3,7%). En ganadería, 2016 deja una caída generalizada en todos los sectores: huevos (-14,2%), aves (-12,7%), leche (-5,4%), ovino-caprino (-5,0%), porcino (-1,3%) y vacuno (-0,4%).
Como datos positivos, COAG apunta que, por primera vez en la última década,aumentan los activos agrarios (+1,6%) y desciende ligeramente (-3,4%) el precio de los principales insumos (semillas/plantas de vivero, energía, fertilizantes, fitosanitarios, alimentos para el ganado, gastos veterinarios, etc…).
COAG llama la atención sobre el hecho de que, desde 2003 (año de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC)) el sector agrario se ha dejado por el camino el 21% de su renta
Por su parte, UPA destaca la importante aportación del sector agrario a la creación de empleo en 2016, bajando un 8,36% el nivel de parados registrados en el sector entre enero y noviembre de 2016 respecto al mismo periodo del año anterior. Prueba para UPA del valor estratégico del sector primario en la generación de riqueza y empleo en zonas y regiones “especialmente necesitadas” de actividad. Por todo ello, a esta organización le preocupa especialmente la falta de avances en solucionar los desequilibrios de la cadena agroalimentaria, persiguiendo abusos y prácticas como la venta a pérdidas, que el sector ha seguido denunciando y, en ese sentido, ha pedido a las Administraciones que 2017 no vuelva a ser otro “año perdido”, tras casi tres de funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria.
UPA destaca entre los mayores problemas del sector agrario en 2016 el grave encarecimiento de los seguros, los problemas con la PAC y las crisis de sectores como el lácteo, el cunícola y el de la fruta de hueso
Esta organización también ha llamado la atención sobre la pérdida de convocatorias de apoyo a las mujeres rurales y los jóvenes agricultores y ganaderos, fundamentales para avanzar en igualdad y relevo generacional, que resalta como dos de los principales desafíos para el mundo rural español en 2017.
Por lo que respecta a COAG, esta organización señala entre las muchas prioridades agrarias para 2017 la renovación de la actual Ley 19/95 de Modernización de Explotaciones a través del Estatuto de la Agricultura Social y Profesional; impulsar medidas de apoyo a la instalación de jóvenes agricultores, y la creación del Observatorio de Costes y Mercados de Insumos, para aumentar la vigilancia de los oligopolios que controlan los insumos del sector (energía, fertilizantes, piensos, semillas, etc.) y evitar así la especulación y los costes injustificadamente elevados para los agricultores y ganaderos.
Asimismo, propone mejoras en la Ley de Cadena Alimentaria, tales como el aumento y optimización de los recursos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), la extensión de los contratos obligatorios al conjunto de las operaciones en la cadena, la introducción de la “venta a pérdidas” como práctica comercial abusiva sancionable, la ampliación de la figura del mediador y la prohibición de las campañas de promoción basadas en el regalo de alimentos básicos (productos primarios o productos envasados como leche o aceite de oliva), para no inducir a error sobre el precio y valor real de dichos productos.
Otras de las reivindicaciones recogidas en el balance anual de COAG son: el incremento de la partida presupuestaria estatal destinada al seguro agrario, al menos hasta los niveles de 2007-2011, para reducir el coste de las pólizas y contribuir a la universalización del seguro; que el MAPAMA trabaje en Bruselas por una nueva orientación de la PAC más social y profesional, que priorice los apoyos a los verdaderos profesionales agrarios; el rechazo al Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión entre la UE y EEUU (TTIP), que califica de «amenaza para el modelo europeo de agricultura y alimentación, basado en la calidad, la sostenibilidad y la diversidad»; y el impulso a la transformación digital y el big data en el campo.
Fuentes: COAG y UPA