Un paso más hacia una cadena agroalimentaria más eficiente. Ignacio García Magarzo. ASEDAS
El Código de Buenas Prácticas Mercantiles es fruto de un trabajo de negociación muy largo -casi dos años- y de un gran esfuerzo que hemos hecho todas las partes para convertir la autorregulación en un instrumento al servicio de los operadores de la cadena. Pensamos que hemos cumplido el objetivo de acordar un acuerdo voluntario, tal y como nos obligaba la Ley de la Cadena Alimentaria.
Creemos que el texto final de este código responde en buena medida al planteamiento que ya hicimos desde ASEDAS y FIAB en el año 2007, primer código de esta naturaleza en España y uno de los primeros en Europa. Por ello, nos sentimos satisfechos con este texto, que no es perfecto, pero que nos parece un muy buen punto de partida para poner en marcha el sistema de autorregulaciónque propone la Ley. Teniendo en cuenta las diferentes pretensiones iniciales de cada una de las partes, ha resultado ser un buen texto con contenido eficaz, en el que se contemplanuna gran variedad de situaciones para conseguir el equilibrio entre los distintos eslabones de la cadena.
Está claro que habrá que trabajar para seguir mejorando, ya que el Código no solventa los problemas de estructura del sector, ni garantiza precios en circunstancias excepcionales climatológicas o de mercado. Sin embargo, sí sirve para aportar mayor seguridad y unas relaciones más previsibles que favorezcan el entendimiento entre los diferentes eslabones. Si bien es cierto que en el Código hay obligaciones para todos, no todas las cláusulas son prohibiciones, sino que también hay propuestas que nos ayudan a mejorar. El texto intenta mejorar las relaciones comerciales entre los distintos agentes, con el fin de lograr entre todos equilibrio e igualdad. De este modo, se fijan el plazo de las negociaciones, el momento en que deben cerrarse, etc. Todo ello, sin colocar al resto de las partes en posiciones de debilidad.
Pero quizá lo más valioso de este proceso de negociación ha sido poder conocer los problemas que se generan como consecuencia de determinadas actuaciones que no se realizan de manera intencionada, pero que pueden tener un reflejo negativo para alguna de las partes. Al haber realizado un análisis conjunto, esto nos ha permitido aprender las necesidades que tenemos cada uno de los eslabones de la cadena. El trabajo que hemos realizado ha sido muy productivo por la información que hemos obtenido y que hemos podido compartir, pero lo importante es que las medidas propuestas funcionen. El éxito del Código dependerá de su grado de utilización por parte de las empresas y se podrá evaluar pasados unos meses.
Nos sentimos satisfechos con el resultado obtenido, porque en ningún momento se ha planteado algo para beneficiar a una de las partes de la cadena y perjudicar a otras o a los consumidores. Para la distribución, los consumidores son lo prioritario. En este sentido, creemos que las medidas planteadas en el código ayudan a incrementar la eficiencia con que servimos al consumidor y a mejorar las relaciones entre los distintos eslabones de la cadena. Pensamos que este Código contribuirá a mejorar las relaciones comerciales en la cadena agroalimentaria que redundará, sin duda, en beneficio de los consumidores.
Ignacio G. Magarzo, director general de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados).