Pistacho, técnicas para mejorar su rentabilidad
El pistacho es hoy en día un cultivo emergente, novedoso y atractivo para el sector agrario. Las razones de ello son muchas: su resistencia a condiciones climáticas, la baja mano de obra e incluso su salida comercial. Sin embargo, hablamos de unas plantaciones que se introdujeron en España hace 20 años y de las que existen poca investigación y poca información técnica adaptada a las condiciones agronómicas de cada zona.
Con el objetivo de revertir esta situación se ha creado PISTAZERO. Un proyecto que nace con el objetivo de mejorar los conocimientos existentes sobre este cultivo en Aragón. “En los últimos años se está produciendo una clara tendencia de mejora del cultivo, pero todavía el grado de innovación tecnológica es baja en comparación con otro leñosos”, destaca Jaime Valero, responsable de Agrocultívate y socio de PISTAZERO. En estos momentos son 1.871 las hectáreas que trabajan en la comunidad aragonesa.
Uno de los ejes principales del proyecto es la poda de los árboles para adelantar su entrada en producción. “Actualmente se realiza una poda tradicional y similiar a las de los frutales de hueso y eso hace que el pistacho empiece a ser productivo a partir del sexto año”, explica Valero quien resalta que el objetivo de PISTAZERO es poner en práctica un tipo de poda que ya se utiliza en el almendro como es la PODA 4.0 o Aragonesa.
“El objetivo es reducir la entrada en producción del pistacho en hasta 2 años. Es decir, adelantar su rentabilidad para el agricultor”, detalla el responsable de Agrocultívate; y para ello se realizará una poda poco intrusiva que consiste “en dejar más ramas y conseguir de cada una de ellas más ramaficaciones. Eso se va a traducir en más yemas de flor que luego serán frutos”, explica Valero. “Queremos que las fincas experimentales que tenemos en Zuera, Alcañiz y Andorra sirvan como campo de demostración para los productores aragoneses”, matiza Jaime Valero.
CUBIERTAS VEGETALES
Otro de los ejes que se van a analizar es la creación de cubiertas vegetales entre calles de las parcelas de cultivo. Su presencia permite mejorar la estructura del suelo, reduce la erosión, aumenta la retención de agua y también se mitiga las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Estamos acostumbrados al laboreo y cuesta cambiar la técnica de manejo. Hay zonas en las que es más complicado, como son los secanos áridos. Pero buscamos adaptarnos y aprender a hacerlo en esas condiciones”, apunta el responsable de Agrocultívate.
Junto a los beneficios agronómicos que aportan las cubiertas vegetales “no hay que olvidar que es una de las grandes líneas de ayuda de la PAC en los Eco-regímenes”, resalta Jaime Valero.
Finalmente, otro de los pilares que dan forma a PISTAZERO es la utilización de técnicas de precisión para obtener datos fiables y exactos de las parcelas de ensayo. Por ello se han monitorizado los ensayos con el objetivo de optimizar las aportaciones de agua y fertilizantes en el cultivo.
Cooperativa Gallicum, Agrocultívate, Estación Experimental de Aula Dei del CSIC, APISTAR y Pistachos ANDOVAL son los socios de PISTAZERO. Un grupo de cooperación que está financiado con Fondos FEADER a través del Programa de Desarrollo Rural (PDR) del Gobierno de Aragón.