Nuevas tecnologías de nutrición en cultivos leñosos: impulsando la sostenibilidad y la eficiencia agrícola
BALAM Agriculture ofrece soluciones innovadoras enfocadas en optimizar el crecimiento de los cultivos leñosos de manera respetuosa con el medio ambiente
Son múltiples los factores que han incentivado el estudio y la investigación en nuevas técnicas de fertilización en cultivos leñosos en Andalucía, tanto en secano como en regadío. Entre ellos, el encarecimiento de los fertilizantes químicos, relacionados con el aumento de los costes del petróleo tanto directamente como indirectamente por el transporte de estos. En todos los casos la fabricación de fertilizantes implica uno de los mayores factores de contaminación en agricultura.
Ante esta situación, las actuales políticas europeas y mundiales incentivan la disminución de emisiones a la atmósfera de CO2. Esto conlleva que cada vez sean mayores los requisitos legales en cuanto a reducción de la aplicación de unidades fertilizantes a nuestros cultivos, lo que a priori implica bajada de producción.
Es en este contexto que han surgido soluciones innovadoras, lideradas por la investigación y el compromiso de empresas como BALAM Agriculture, enfocadas en optimizar el crecimiento de los cultivos leñosos de manera respetuosa con el medio ambiente.
Soluciones agronómicas
Para contrarrestar esta serie de inconvenientes tanto económicos como legales, “desde BALAM Agriculture llevamos varios años poniendo a punto, con resultados exitosos, nuevas técnicas de fertilización para cada uno de los elementos primarios de fertilización, que son nitrógeno, fósforo y potasio”, explica el ingeniero agrónomo Francisco Osuna, que asesora a los agricultores desde el departamento de Crops de BALAM Agriculture.
Nitrógeno. En otoño, junto a la aplicación herbicida o bien aplicado expresamente, en condiciones de humedad en el suelo o en previsión de lluvias, se puede sustituir parcialmente la aplicación de nitrógeno químico por bacterias fijadoras de nitrógeno, que viven en simbiosis con nuestros cultivos, alimentándose de exudados de la raíz y fijando nitrógeno que aprovechan nuestras plantas. Son varias las especies de bacterias fijadoras que pueden hacer esta labor.
Fósforo. El técnico desvela que, dependiendo del tipo de suelos, previa analítica, se puede conocer la disponibilidad de fósforo en el suelo, aunque este no esté asimilable por las plantas. Existen bacterias que solubilizan este fósforo y lo ponen disponible para las mismas. Hay que tener en cuenta que un gran porcentaje del fósforo que utilizamos queda inmovilizado en el suelo de forma permanente, bien fijado a las arcillas o bloqueado por otros elementos. En general, tenemos una gran reserva de fósforo no asimilable en nuestros suelos, que seguimos aumentando cada vez que fertilizamos con este elemento. En función a las necesidades del cultivo (edad, producción, volumen de copa, etc.) podemos usar bacterias y fertilizantes químicos. De esta forma, “se vuelve a rellenar la despensa con la parte no aprovechada”, apunta Osuna.
Potasio. En los suelos de Andalucía, fundamentalmente en los suelos vérticos (arcillas expansibles) tenemos potasio en forma de mineral como componente de los feldespatos que componen las arcillas y ciertos tipos de bacterias son capaces de descomponer este potasio y ponerlo disponible para su asimilación por parte de las plantas. En este caso tenemos bastante más almacén que en el caso del fósforo. Este tipo de bacterias se debe aplicar aparte de las anteriores, pues se trata de una especie muy agresiva que hay que aplicar una vez establecidas las poblaciones de las anteriores.
Ventajas y beneficios en cultivos leñosos
Desde BALAM Agriculture desvelan que con esta fórmula de nutrición se puede aprovechar pases de herbicida al suelo, con el consiguiente ahorro en aplicaciones. Además, existen fabricantes capaces de elevar la concentración de bacterias incluso 109 microorganismos por gramo, con aplicaciones efectivas de 1 kg/ha o menos, con lo que implica gran comodidad y nueva disminución en los transportes.
De igual manera, otra ventaja es el uso del sistema de goteo, con el que se realiza una sola aplicación, al contrario de las aplicaciones de fertilizantes donde debemos estar continuamente aplicando abono y exigiendo mantener en perfecto estado las instalaciones de inyección, depósitos, etc.
Además de la aportación como fertilizante, el uso de bacterias ocupa el espacio de otros microorganismos que actúan como patógenos para las plantas aumentando la sanidad vegetal.
Otro de los beneficios es aprovechar la síntesis de ciertas hormonas por parte de las bacterias que sirven como estimulantes para las plantas (compuestos auxínicos y otros).
Con todo lo explicado se pone de manifiesto que las nuevas tecnologías de nutrición en cultivos leñosos representan un avance significativo en la búsqueda de una agricultura más sostenible y eficiente. Con empresas como BALAM Agriculture liderando el camino, los agricultores tienen acceso a soluciones innovadoras que no solo optimizan el crecimiento de los cultivos, sino que también protegen el medio ambiente y promueven la salud a largo plazo de nuestros campos y comunidades agrícolas.