Más del 70 % de la soja importada de Brasil y Argentina es sostenible
Más del 70 % de la soja que España importa para la producción de piensos para la alimentación animal desde Brasil y Argentina es sostenible ya que tiene asociado un bajo riesgo de deforestación.
Una de las componentes del departamento técnico de Cesfac Verónica Sánchez ha presentado los principales datos del dossier en el que se especifica que el 71 % de la soja comprada a Brasil es de bajo riesgo de deforestación por el 91 % de la que procede de Argentina.
El informe no aborda la producción de soja en Estados Unidos porque no está asociada a zonas deforestadas y se obtiene acorde a las garantías de sostenibilidad.
Los flujos de envíos de soja a España desde 2016 hasta 2018, tanto desde Argentina como de Brasil, han marcado una “tendencia positiva” en cuanto al volumen de producción sostenible.
En 2018, España compró 1,15 millones de toneladas de soja para alimentación animal de Argentina, de la que la mitad procedía de la Pampa, el 24 % de El Espinal, un 11 % de Gran Chaco y el resto de diferentes zonas del país.
De Brasil, ese mismo año, se compraron 2,4 millones de toneladas de las que el 41 % procedía de la región de El Cerrado; el 31 % de la Amazonía; el 10 % de la Mata Atlántica y el resto de diversas áreas brasileñas.
El objetivo de la agenda de la sostenibilidad de Cesfac es que en 2030 toda la soja comprada en esos dos países sea sostenible, según ha apuntado.
El documento incluye una encuesta a fabricantes españoles de pienso de la que se extrae que el sector está predispuesto a agregar la sostenibilidad a sus acciones y “muchas” compañías ya adoptan criterios en ese sentido.
No obstante hay “falta de información” sobre las iniciativas de sostenibilidad en origen ya que la mitad de las empresas consultadas no la tiene “sobre abastecimiento de soja sostenible”.
A pesar de los avances en el crecimiento importado de esa materia prima, el estudio muestra que “no se evidencia una demanda manifiesta” del mismo, si bien, “probablemente irá en aumento”.
La subdirectora general de Medios de Producción Ganadera del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Leonor Algarra, ha apuntado la necesidad de reducir la dependencia del uso de soja como fuente de proteína y de que aquélla que se compre provenga de zonas “no deforestadas”.
Por otro lado, ha desgranado los retos próximos del sector de la alimentación animal, entre los que se encuentra un reglamento específico comunitario de lucha contra la deforestación.
También está en debate dentro del Parlamento Europeo el levantamiento parcial al uso de proteínas animales transformadas para alimentar al ganado porcino y avícola o el nuevo real decreto de piensos medicamentosos que entrará plenamente en vigor en enero de 2022 y que persigue seguir luchando contra las resistencias antimicrobianas.
Además, el veto de Rusia a la importación de productos comunitarios de alimentación animal y la carestía de las materias primas estarán también en la agenda, según ha apuntado.
Por su parte, el presidente de Cesfac, Fernando Antúnez, que ha sido reelegido en la asamblea general celebrada también este miércoles, ha señalado que la industria de la alimentación animal “lleva años” trabajando ante la demanda de productos “cada vez más competitivos y respetuosos” con el medio ambiente.
El “gran desafío sigue siendo” que la sostenibilidad “sea compatible con la competitividad y la rentabilidad” y permita “un mayor crecimiento del sector.
La lucha contra la deforestación, ha subrayado, la están abordando desde 2019 y está recogida en la agenda de sostenibilidad de Cesfac