Manejo de restos de poda en olivar. Barrenillo del olivo
Desde Asaja Jaén nos lanzan una serie de recomendaciones para evitar la proliferación de plagas como el barrenillo del olivo, que encuentra en los retos de poda del olivar un hábitat inmejorable para su reproducción.
Una vez finalizada la recolección de la aceituna en la mayoría de las explotaciones, comienzan las labores de poda del cultivo. Es importante, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía, recordar la importancia de un manejo adecuado de los restos de material vegetal (ramas, hojas, etc) que han sido eliminados del cultivo y permanecen esparcidos en el suelo de la parcela.
Una vez en estas maderas, los adultos se aparean y excavan galerías, tanto el macho como la hembra, donde depositarán las puestas. Su ciclo biológico avanza y, hacia el mes de mayo, emergen los nuevos adultos, que abandonan estos refugios para dirigirse a los olivos cercanos. Allí excavan galerías en la unión de hojas y frutos con pequeñas ramas, lo que provoca la caída de frutos y la rotura de los brotes terminales, reduciendo así la producción tanto en el presente como en la próxima campaña.
Cuando el barrenillo perfora orificios de entrada en árboles debilitados, ya sea por adversidades climáticas o por la incidencia de ciertos agentes, es necesario podar y destruir los órganos vegetativos afectados.
Para evitar la incidencia de esta plaga en el cultivo, debemos actuar con rapidez y retirar o eliminar todas las ramas procedentes de la poda. Las maderas que vayan a ser aprovechadas para un uso posterior deben almacenarse en lugares herméticamente cerrados entre el 1 de mayo y el 31 de octubre, siguiendo las medidas reguladas por la Ley 43/2002, de 20 de noviembre, de Sanidad Vegetal, y desarrolladas en la Comunidad Autónoma de Andalucía mediante la Orden de 2 de noviembre de 1981:
-Leñeros de obra civil, techados al menos con un cielo raso, con puertas y ventanas tabicadas
-Zanjas o trincheras, con la leña cubierta por un espesor mínimo de 25 cm de tierra
-Albercas, donde la leña quede sumergida en agua