La mujer rural, estratégica para gestionar el riesgo en el cambio climático
Incorporar el enfoque de género es estratégico en el abordaje de la seguridad alimentaria y nutricional, el cambio climático y la gestión de riesgos, porque permite contemplar de forma distinta las necesidades e intereses de mujeres y hombres, para proponer soluciones realistas y reducir las brechas de desarrollo, avanzando así hacia la igualdad y equidad de género. Son las conclusiones de un seminario web del IICA.
En el seminario web, realizado en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), El secretario ejecutivo del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), Julio Calderón, recalcó en la introducción del seminario la importancia de conocer y entender la relación del enfoque de género con la seguridad alimentaria y nutricional, el cambio climático y la gestión de riesgos.
Según lo expuesto en el evento, existe desigualdad en el acceso de las mujeres a los recursos financieros y productivos, a participar en instancias para la toma de decisiones y al conocimiento y la tecnología, entre otras. Por ejemplo:
- Las mujeres reciben menos préstamos y por cantidades inferiores que los hombres.
- Ellas conforman el 43% de la mano de obra agrícola en los países de desarrollo, y si tuvieran el mismo acceso que los hombres a recursos productivos, los rendimientos en sus granjas podrían aumentar entre un 20 y 30%.
- En el sector agrícola las mujeres ocupan el 14% de los puestos directivos.
- Un estudio ha revelado que la educación en las mujeres contribuye en un 43% a la reducción de la malnutrición infantil.
- Solo el 5% de las mujeres que forman parte de la fuerza de trabajo agrícola en los países de desarrollo tienen acceso a los servicios de extensión agrícola.
“Es trascendental que se conozcan las implicaciones y se entiendan las relaciones que existen entre las temáticas, para una mayor claridad de cómo hacer efectivas las acciones concretas del enfoque de género en esta relación entre agro y el clima, políticas públicas, proyectos e iniciativas de fortalecimiento institucional y de capacidades”, afirmó el secretario ejecutivo del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), Julio Calderón.
El evento fue organizado por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC), en conjunto con la Comunidad de Práctica Adaptación y Agricultura en Mesoamérica, que es coordinada por el IICA y cuenta con el soporte financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El seminario tuvo además, el apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Conexión entre las áreas temáticas
La especialista de género y desarrollo sostenible de PNUD, Yolanda Villar, y la oficial de género y pueblos indígenas de FAO, María Acosta, fueron las ponentes encargadas de explicar y mostrar cómo se entreteje el enfoque de género en las áreas de seguridad alimentaria y nutricional, cambio climático y gestión del riesgo.
Compartieron ejemplos y lecciones aprendidas de cómo el enfoque de género se ha incorporado en políticas, proyectos, metodologías y en otras acciones específicas.
“El enfoque de género contribuye a construir mayor capacidad de resiliencia frente al cambio climático y autonomía por el acceso y control de recursos, de la económica y de la toma de decisiones, para las mujeres y otros grupos sociales excluidos en razón de su condición socioeconómica, etaria o étnica”, comentó Villar.
La actividad fue dirigida a los grupos técnicos del CAC, a organizaciones de mujeres rurales de la región, a las unidades de género de los ministerios de Agricultura y a otros actores del sector agropecuario de las Américas, con el fin de sensibilizar y enriquecer su conocimiento sobre la importancia de relacionar el enfoque de género con esos tres temas claves.
La iniciativa está plegada a la visión internacional estipulada en los instrumentos globales consensuados en 2015, como el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, el Acuerdo de París alcanzado en la pasada COP21 o el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la Agenda 2030, que constituyen un nuevo marco de acción a todos los niveles y resaltan el enfoque de género en la gestión de reducción del riesgo y en las medidas para hacer frente al cambio climático.
Fuente: IICA