La Junta arrasará medio millón de olivos centenarios para instalar megaplantas solares en Jaén y Córdoba
La instalación de 25 megaplantas fotovoltaicas en más de 5.500 hectáreas de olivos tradicional en Jaén y Córdoba supondrá la tala de cerca de 500.000 olivos centenarios, según denuncian las plataformas SOS Rural y Campiña Norte contra las Megaplantas Solares.
Estas organizaciones alertan de que la Junta de Andalucía tendría que plantar 28,5 millones de árboles jóvenes para compensar el CO₂ que dejarán de capturar los olivos eliminados.
Las plataformas, que se reunirán este martes en Lopera (Jaén), denuncian que la Junta está promoviendo estos proyectos mediante procesos de expropiación, otorgando la condición de “utilidad pública” a los desarrollos solares. Este miércoles, entregarán en Sevilla más de 20.000 firmas al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, para frenar las talas masivas y exigir transparencia.
La tala de estos árboles centenarios contrasta con el plan anunciado por Moreno en 2024, en el que prometía plantar 1,5 millones de árboles como parte de su estrategia contra el cambio climático. “Hablar de descarbonización mientras se eliminan los mayores sumideros naturales de carbono es incoherente”, afirma Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural. Un olivo centenario capta en torno a 570 kilos de CO₂ al año, frente a los 10–30 kilos que absorbe un árbol recién plantado, según datos de la Universidad de Jaén.
Consecuencias económicas y sociales
En el caso de Lopera, uno de los municipios más afectados, los proyectos solares ocuparán 426 hectáreas, lo que supondrá la pérdida de 42.600 olivos y una reducción estimada de 3,1 millones de euros anuales en ingresos por jornales y producción de aceite, según datos de las plataformas. “Sin nuestros olivos, no hay trabajo ni futuro en los pueblos”, advierten.
Los portavoces también denuncian la falta de información pública y la presión a los propietarios, que en muchos casos firman arrendamientos bajo amenaza de expropiación. “Los acuerdos están muy lejos de ser amistosos”, asegura Rafael Alcalá, de la Plataforma Campiña Norte.
El impacto ambiental, económico y social de estas actuaciones ha llevado a los colectivos a calificar los proyectos como un atentado contra el medio rural. La portavoz de SOS Rural lo resume así: “Sin olivos no hay aceite, ni empleo, ni vida en el campo andaluz”.