La edición genética supone una democratización de la tecnología
Hablamos sobre mejora genética y la llegada de la variedad del trigo sin gluten con Francisco Barro Losada. Es profesor de investigación del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, del Grupo Biotecnología vegetal del departamento de Mejora Genética Vegetal.
Por Carmen Egea Santiago, periodista agroalimentaria
¿Qué es lo que nos hace falta, qué piezas habría que mover para que la investigación española llegue a donde tiene que llegar?
Los investigadores tenemos que investigar, dirigir tesis, sin embargo, hacemos mucho trabajo administrativo que podría hacer un experto. Si queremos ser competitivos tenemos que ser flexibles y no estar encajonados en tanta burocracia. Además, el porcentaje interior bruto dedicado a la ciencia en España, está muy por debajo con respeto al nivel de otros países europeos, lo que nos impide ir más allá. Para dar pasos firmes, coherentes y bien asentados, necesitamos más medios para poder hacerlo.
La mejora vegetal es una práctica ancestral, ¿con qué herramientas contamos en la actualidad?
Antes, las técnicas que se estaban utilizando eran las mismas que hace 200 y 300 años: los cruzamientos. Utilizar dos parentales, hacer cruzamientos y luego seleccionar y la descendencia fenotípicamente que tú veías que tenía el grano más gordo, la planta más baja y la más resistente. En los últimos 50 años, gracias a la informática, la mejora vegetal ha evolucionado mucho, conocemos el genoma y podemos secuenciarlo. Hablamos de genómica, transcriptómica, fenotipado… todo eso hace que la mejora genética vegetal avance a unos pasos agigantados.
Conocer los fundamentos de la vida es clave. El mejorador observa la naturaleza y la copia. La transformación genética para producir las plantas transgénicas lo lleva haciendo la naturaleza desde hace cientos de miles de años. Ahora hemos aprendido cómo hacerlo. Hacemos una mejora dirigida, no al azar. El descubrimiento de la edición genética ha supuesto un paso más allá, porque ya sí podemos identificar e ir de una manera selectiva a aquellos genes que nos interesan, dejando el resto sin tocar.
Es una auténtica revolución en la mejora genética vegetal. Avanzaremos 10 veces más rápido que hace 10 años.
¿Qué limitaciones no se han conseguido salvar a nivel normativo?
En los transgénicos seguimos con la misma normativa de 2003 en la Unión Europea y en cuanto a edición genética cambiará un poco, ya que hay una propuesta que no ha sido aprobada todavía, pero sí que supondrá un paso de gigante y hará que los investigadores europeos seamos igual de competitivos que en otras partes del mundo. Como EE.UU., Japón o Australia, donde tienen una normativa diferente que les permite aplicar todas estas tecnologías y desarrollar nuevas variedades que pueden llegar a mercado. Si eso no lo hacemos en Europa vamos a ir a remolque y todos estos países nos seguirán adelantando. Si bien los transgénicos están controlados por varias multinacionales, la ventaja de la edición genética es que, hasta cierto punto, supone una democratización de la mejora genética; ya que son tecnologías relativamente baratas e implica que las pequeñas y medianas empresas pueden acceder a ellas.
¿Cuál es el beneficio de la edición genética para conseguir el trigo libre de gluten?
La población mundial crece y desgraciadamente también todas aquellas personas que padecen algún tipo de patología que esté relacionada con el consumo de trigo o cereales que tienen gluten, donde también se encuentran la cebada y el centeno. La celiaquía afecta al 1% aproximadamente de la población España. Las alergias y la sensibilidad al trigo no celiaca, con síntomas muy parecidos a la celiaquía, que no tiene un componente genético todavía identificado, afecta a un 5 – 10% de la población. El único tratamiento posible para estas personas es que no coman trigo, que no coman gluten. A veces se nos olvida que el trigo es un cultivo, pero también es un alimento muy saludable y además es el único cereal que es panificable.
Hemos desarrollado variedades de trigo utilizando tecnología CRISPR/Cas, que es tecnología de edición genética donde le hemos quitado el componente inmunogénico del gluten. No todo el gluten es capaz de provocar una reacción alérgica, sino determinadas partes del gluten que están muy bien identificadas.
El 50% de las proteínas del gluten son inmunogénicas. El otro 50% no es inmunogénico. La buena noticia es que las que son inmunogénicas son las que las que menos están relacionadas con la calidad harina panadera del trigo. Si las quitas se puede todavía hacer pan con el trigo de una manera muy aceptable. Aún no de manera industrial, con estrés mecánico fuerte, pero se puede hacer pan con estas variedades y con un sabor fantástico.
¿En qué fase se encuentran y qué fecha baraja para lanzar ese trigo para celíacos?
Estamos en una fase donde estamos tratando de poner esta nueva característica, en variedades que sean cultivadas y productivas. Hay empresas que están interesadas y con las que colaboramos activamente.
Hay que desarrollarlo en las variedades que estas empresas elijan, hacer un cruzamiento, una edición genética en otras variedades distintas y reproducir los mismos resultados. La estrategia más rentable desde nuestro punto de vista, es hacer cruzamientos, hacer genética tradicional y transferir este silenciamiento, esta falta de gluten inmunogénico a variedades comerciales, que sean más productivas. Luego seleccionar variedades candidatas y volver a testarlas. Por dar una fecha, podríamos estar hablando de unos 4-6 años, en torno 2030 o esperemos que antes.
Esto beneficiaría al consumidor final, a las personas que padecen alguna de estas patologías y también a los agricultores, porque dispondrían de unas nuevas variedades con un altísimo valor añadido. Sería una revolución. Cultivar un trigo de estas características no requiere diferencia con respecto al cultivo de un trigo estándar. La única limitación es que alrededor no podrías poner en 100-200 metros ningún trigo con gluten, para que no se crucen y pierda el carácter no inmunogénico.
¿Qué beneficios reales aporta la mejora genética ligada a las necesidades actuales?
La mejora genética aporta valor añadido a la agricultura y a la economía. Tenemos que reducir la dependencia de terceros países. Con la guerra de Ucrania, que era el granero del mundo, se generó una dependencia y una escasez. La mejora genética puede aportar mucho, además en el desarrollo de variedades más resilientes al cambio climático en nuestro territorio. Si no nos afanamos en este sentido, dentro de 5 o 10 años vamos a ser más dependientes aún de terceros países, a los que les compraremos esas variedades.
Entrevista publicada en la revista ECA Agri ED. 12