La conservación del suelo agrícola como elemento clave para el futuro y bienestar
El día 5 de diciembre de cada año es la fecha elegida, desde 2014, por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para la celebración del Día Mundial del Suelo.
La finalidad de esta conmemoración anual radica en la necesidad de concienciar a la sociedad en su conjunto acerca de la importancia de promover la protección y conservación del suelo, incidiendo especialmente en el diseño, aplicación y difusión de aquellas prácticas sostenibles que permiten su mantenimiento óptimo y recuperación a medio y largo plazo.
Hace ya décadas que desde el sector agrícola se tiene una conciencia muy arraigada del papel esencial que ejerce el suelo en el crecimiento y productividad de los cultivos, como principal fuente de nutrientes.
No obstante, a pesar de los esfuerzos generalizados del sector por garantizar su máxima protección, en los últimos años se ha percibido con una creciente preocupación la tendencia progresiva hacia la salinización y agotamiento de los nutrientes y materia orgánica presentes en el suelo, a causa, entre otros factores, de los efectos directos del cambio climático, como son las prolongadas sequías o la erosión derivada de los procesos de desertificación, que suponen un riesgo más que notable, a día de hoy, para el 74% de nuestro territorio.
Ante esta situación, resulta más necesario que nunca que los agricultores pongan en marcha medidas para aportar al suelo agrícola aquellas propiedades que, por desgracia, está perdiendo, con el fin de garantizar el futuro de su explotación y, por extensión, el de nuestra agricultura como proveedora básica de alimentos para la población.
En este sentido, es muy destacable el esfuerzo en investigación, desarrollo e innovación llevado a cabo por entidades como AFEPASA, conscientes de la importancia de ofrecer al sector productos que permitan la recuperación óptima del suelo, y que, a su vez, sean beneficiosos para la planta, como es el caso de la aportación extra de azufre elemental.
Entre estas soluciones destaca Microsul 40S, elaborado con una alta concentración de azufre SULTECH®, y que está especialmente indicado para aquellos suelos agrícolas que presentan una alta salinidad y un elevado pH, que se corrige a través de un proceso químico eminentemente natural y sostenible, y por tanto aplicable a todo tipo de sistemas de cultivo, tanto convencionales como ecológicos.
Además, gracias a la aportación del azufre elemental que incluye Microsul 40S, se consigue favorecer la capacidad de absorción del Nitrógeno presente en el suelo por la planta, así como su capacidad para la formación de proteínas, algo sumamente importante en entornos marcados por el estrés hídrico.
En definitiva, resulta muy destacable el diseño y aplicación de medidas dirigidas a ‘echar una mano’ al entorno para favorecer la protección y recuperación natural del suelo, ya que de ello no solo depende nuestro presente, sino también, en gran medida, el futuro de nuestro bienestar como sociedad.