Impacto del clima en la producción de cereales
La campaña de cereales del año 2023 ha sido testigo de una serie de desafíos significativos en diferentes regiones.
A lo largo del pasado ejercicio, Aragón ha experimentado una notable disminución en la superficie dedicada al cultivo de maíz, influenciada principalmente por las limitadas reservas hídricas, especialmente en la provincia de Huesca.
Como revela el Dosier de Cereal de Verano 2022/2023 de Red Arax, esta situación ha llevado a una reducción general de la superficie cultivada de maíz del 41,2 %, pasando de 86.750 hectáreas en 2022 a sólo 51.091 hectáreas en 2023.
Este cambio se refleja en un descenso significativo en las provincias de Huesca y Zaragoza, mientras Teruel muestra la menor variación en términos porcentuales, pero también la menor en cantidad de superficie afectada.
La disminución en la superficie de maíz se debe, en parte, a la decisión de los agricultores de no realizar segundas siembras bajo las condiciones adversas presentes, optando en cambio por cultivos alternativos.
A pesar de esta coyuntura, Aragón mantiene su posición como una referencia a nivel nacional en la producción de maíz, contribuyendo con una cuarta parte de la producción nacional y posicionándose como la segunda comunidad autónoma en términos de producción. Este cultivo se destina principalmente a la fabricación de piensos para animales y al consumo humano.
Una campaña más sigue aumentando la diferencia entre maíz de consumo humano frente al transgénico. Este año, la superficie dedicada al maíz convencional representó el 51,12 % del total, frente al 48,88 % destinado al maíz transgénico.
“Además destaca en Aragón la gran importancia que tiene el maíz para consumo humano, que ya sumaba en la campaña anterior unas 20.117 hectáreas declaradas (22,4 %) del total de superficie sembrada, frente a las 15.000 ha de esta campaña”, ha resaltado en rueda de prensa el coordinador de Red Arax, Luis Gazol.
Resto de España
A escala nacional, los datos de ESYRCE 2023 señalan una ligera disminución en la extensión de los cultivos herbáceos. Esta reducción se atribuye principalmente a la disminución en la superficie dedicada a cereales y cultivos industriales, así como a los cultivos forrajeros, tubérculos y hortalizas.
El único grupo que experimenta un aumento en su superficie respecto al año anterior es el de las leguminosas grano. Dentro de la categoría de cereales, es notable la disminución en la superficie destinada al arroz y al maíz, consecuencia directa de la severa sequía que ha afectado este año al campo español.
En el conjunto de los cereales, se registra una disminución del 3,95 %, principalmente impulsada por el notable descenso en cultivos como maíz, trigo duro, y las dos variedades de cebada.
A pesar de una marcada reducción porcentual del 22,16 %, la combinación de cereales de invierno experimenta una disminución de algo más de veinte mil hectáreas en términos absolutos.
Con excepción de la avena y otros granos como la espelta, escanda y mijo, la superficie destinada a todos los cereales de invierno disminuye. Tanto el arroz como el maíz muestran la menor superficie de los últimos veinte años.
Perspectivas mundiales a futuro
Según un informe elaborado por AHDB, analistas del mercado agrícola han emitido los primeros pronósticos para el año 2024/25, destacando una potencial escasez mundial de trigo y un equilibrio más estable en la oferta y demanda de cereales a nivel global.
El mercado mundial de maíz se mantiene bien abastecido para el año 2023/24, aunque persisten ciertas incertidumbres respecto a la cosecha en Brasil. La atención se centra ahora en el clima en Estados Unidos y en el progreso de la siembra, especialmente debido a la reducción de la superficie planificada.
A pesar de las expectativas de mayores cosechas para los principales productores mundiales en 2024, los retrasos en la siembra en toda Europa y las condiciones de suelo seco en Canadá siguen generando incertidumbre sobre las perspectivas a largo plazo.
Mientras tanto, en la Unión Europea, las condiciones de las cosechas de cereales de invierno son mediocres debido a las condiciones excesivamente húmedas que han estado afectando la siembra y el desarrollo de los cultivos.