Giro inesperado de los precios en la campaña de melón y sandía
Por José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario
Las ventas de melón y sandía obtienen buenas cotizaciones en mayo, pero una vez entrada la producción al aire libre se hunde el valor de estas frutas y no termina de recuperarse a pesar de que el consumo no decae.
Los precios, por las distorsiones que están registrando a lo largo de la actual campaña, es lo que está caracterizando a la temporada de melón y sandía nacional, que dio comienzo a mediados de abril en Almería, con las producciones cultivadas bajo abrigo, en pleno confinamiento de la población como consecuencia de la pandemia de la Covid-19.
Las primeras partidas de sandía, a diferencia de campañas anteriores, apenas encontraron precio. Su cotización fue tan baja, que para el momento de la temporada, las cuentas no le salían a los agricultores. Baja rentabilidad derivada de un descenso notable del volumen de producción, unido al escaso valor alcanzado, sobre el que el sector hortofrutícola almeriense achacó a diferentes factores, como una climatología que no invitaba al consumo, la presencia de partidas procedentes de Senegal aún en los lineales europeos, las nuevas condiciones en la comercialización adoptadas por la distribución, así como al cierre del canal Horeca consecuencia del decretado estado de alarma.
Distinto fue el comportamiento en el caso del melón. Unas semanas más tarde, en referencia a la sandía, se recolectaron los primeros melones nacionales del año, que obtuvieron mejores cotizaciones, por encima de 0,70 euros por kilogramo. Este precio, se mantuvo estable durante gran parte de la campaña de esta fruta cultivada bajo abrigo.
A finales de abril, se animó el consumo y la demanda se disparó. La oferta, en este momento y a lo largo del mes de mayo, cubrió a duras penas las necesidades de fruta que marcó el mercado, tanto nacional como internacional. Esto derivó en un incremento de los precios medios hasta el punto de alcanzar, en el caso de la sandía, el mejor valor de los últimos cinco años, según el análisis llevado a cabo por el Observatorio de Precios y Mercados de la Consejería de Agricultura andaluza. Fue un mes, por tanto histórico para la sandía almeriense. El balance provisional de la campaña de sandía en el mes de mayo fue, por tanto, muy favorable. El precio medio del producto se estima en torno a los 0,60€/kg, frente a los 0,27€/kg de la pasada campaña.
La producción obtenida en sandía, en los invernaderos almerienses, ha sido de 606.000 toneladas, un 3% más que en la anterior temporada. En el caso del melón se han superado las 122.000 toneladas, también superior en casi un 1%.
Duro revés para los agricultores con sandías más tardías, que vieron como de la noche a la mañana su producto no valía en el mercado. El del vecino, sin embargo, unos días antes, generaba recompensa.
Se hunden las cotizaciones
A finales de mayo, todo sufre un giro repentino. Se desploma el precio, inesperadamente. Es más, como reconoce Andrés Góngora, secretario provincial de Coag Almería, “no se encuentra explicación, ya que en muchos casos los agricultores no encuentran salida a sus sandías. No hay compradores demandando esta fruta”. La especulación sale a la palestra. De nuevo en entredicho, algunos eslabones de la cadena que juegan a sacar tajada del pan de los agricultores.
Comienzan la recolección en las explotaciones al aire libre. La oferta sufre un repunte y la sandía nacional comienza a tener dificultades en el mercado internacional, que comienza a mirar hacia otras zonas productoras, como Turquía, Italia, Grecia o Marruecos. Más competencia que hunde las cotizaciones más, para aquellos que las hay, por debajo incluso de 0,10 euros.
Estos precios se mantienen durante las siguientes semanas, con la entrada en producción de otras zonas como la Región de Murcia, Andalucía Occidental o la Comunidad Valenciana. Apenas registra un repunte, manteniéndose el valor en origen a la baja durante el resto de campaña.
De esta forma, durante dos semanas aproximadamente las cotizaciones rondaron los 0,35 euros por kilo. Pero, hasta el momento, en Asaja valoran que el volumen total que se ha puesto en el mercado a estos precios no compensa el balance general ya que la mayor parte del producto ha alcanzado un valor aproximado de 0,10 euros por kilo, una cotización que dista mucho de los registros de rentabilidad en el cultivo de sandía al aire libre.
Dada la competencia que se ejerce en el mercado por la proliferación de producto llegado de numerosas zonas donde se cultiva sandía, tanto del territorio nacional como del extranjero, es complicado, a juicio de Asaja que ·el valor de las sandías remonte”.
En este tramo de la temporada, se produjo una incidencia en los cultivos murcianos, ya que se vieron afectados por una granizada que descargó en la Región. No obstante, a pesar de las primeras impresiones, desde Proexport aseguraron que dicha inclemencia meteorológica apenas afectó al 10% de la producción lista para recolectar, a alrededor de 10.000 toneladas.
En esta zona, durante la presente campaña, se estima que la superficie destinada a melón ronda las 5.600 hectáreas y el cultivo de sandía unas 3.100 Los murcianos son referentes en la exportación de melón, con datos de 2019 que superan las 256.000 toneladas.
En el avance de superficies facilitado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, correspondiente a la presente campaña, se detalla que para el cultivo sandía se dedican este año 21.400 hectáreas, 100 menos que en 2019. En el caso del melón, desciende en 800 hectáreas, en total, hasta situarse en 18.600 hectáreas.
Buena calidad
Los datos disponibles hasta la fecha, sobre la primera parte de la campaña, en cuanto a la calidad de la fruta que se ha puesto en el mercado, pone de manifiesto que está cumpliendo con los estándares medios. En la campaña ‘No corte en verde’, que tradicionalmente pone en marcha la Junta de Andalucía en la provincia de Almería, desde hace ya 25 años, con inspecciones de muestras de melón y sandía tanto en campo como en las empresas, se llevaron a cabo un total 107 controles en 32 comercializadoras de melón y sandía. , donde se han controlado 1.570.951 kilos.
En el caso de sandía, los inspectores han realizado 73 inspecciones analizando 1.180.343 kilos. Una de las incidencias detectadas ha sido que para esta campaña los calibres de sandía han sido más pequeños de lo habitual, lo que ha generado menor volumen de producción, no afectando a su grado de desarrollo de madurez que ha sido de 10,6 º Brix de media. En melón se han realizado 34 inspecciones y se han controlado 390.608 kilos, con un índice de madurez de 11,8 º Brix de media.
El cumplimiento de los parámetros de calidad en ambos productos, según la Junta de Andalucía “ha sido elevado”, presentando escasa relevancia las incidencias detectadas en sandía, y que de todas las partidas muestreadas, tan solo una muy pequeña partida de sandía no han sido aptos para la comercialización y ha sido destruida”.
Castilla y La Mancha afronta su campaña con menos superficie
La manchega, en cuanto a cultivo de melón y sandía, es la última zona en producción en el territorio nacional. Como indica Cristóbal Jiménez, presidente de la Interprofesional del melón y sandía de Castilla La Mancha, se prevé que comience entre el 21 y 25 de julio, con las frutas cultivas bajo malla térmica, para alargarse hasta entrada la segunda semana de octubre, que es cuando tiene lugar la última subasta en la lonja.
En esta zona, que destaca por la calidad de los frutos que ofrece gracias a las condiciones climatológicas en las que se desarrollan sus cultivos, se prevé un descenso para esta campaña, tanto en la superficie dedicada al melón, con una pérdida de 400 hectáreas sobre las algo más de 6.000 del pasado año, como en sandía, que apunta a las 2.600 hectáreas en total, con una merma inferior al centenar de hectáreas, según detalla Cristóbal Jiménez.
En la pasada campaña, en todo el territorio nacional, se alcanzaron 1,2 millones de toneladas de sandía, con especial relevancia de la zona almeriense que aglutinó casi la mitad. En el caso del melón, la producción final superó las 641.000 toneladas.