Fruta de pepita: La campaña de manzana y pera se salva pese a la sequía
La escasez de agua no reduce las cosechas de fruta de pepita, que presentan unas cifras positivas en una temporada marcada por la incertidumbre.
Por Juan Herrera, periodista agroalimentario / @jherreraarenas
A pesar de la situación de sequía que se vive en la actualidad, y que está afectando a muchos ámbitos del sector agrario de nuestro país, la campaña de fruta de pepita se va a salvar con buena nota, gracias a las positivas cifras de producción, así como a la alta calidad de las cosechas.
No en vano, según las previsiones presentadas el pasado mes de agosto en Prognosfruit, celebrado en Trentino (Italia), la producción de manzana en España aumentará un 30% (hasta las 536.000 toneladas), mientras que la de pera crecerá un 25% (296.000 toneladas), en relación con la campaña pasada, especialmente problemática.
En el caso de la manzana, estos datos contrastan con las estimaciones generales previstas para el conjunto de la Unión Europea, donde la previsión productiva se sitúa en los 411.000 millones de toneladas, esto es, un 3,3% menos respecto a la cosecha de 2022 y un volumen similar a la media de los últimos tres años. En todo caso, junto a España destacan los crecimientos en Francia (+8%), Hungría (+96%) y Portugal (+7%).
En cambio, se prevé una disminución respecto a 2022 de Italia (-0,4%), Alemania (-11%) y Polonia (-11%).
Esta producción contenida de fruta de pepita, junto a la inexistente presión de stocks, que ha permitido un inicio de campaña con las cámaras vacías, han conllevado una evolución positiva de los precios, también influenciados por el encarecimiento de las materias primas y la energía. Ello, junto con una alta demanda de la industria de transformación en Europa y la menor producción polaca, permite hablar de un escenario optimista para afrontar la campaña de comercialización de manzana.
A nivel internacional, cabe destacar la buena evolución de las exportaciones de manzana europea a los países del sur de América, como Brasil, con unos niveles interesantes de crecimiento, situación diferente al este de Europa y Asia. No obstante, las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania y la evolución de la inflación ponen la incertidumbre sobre la mesa.
La pera europea se desploma
La producción de pera también se estima a la baja en Europa, donde se prevé la segunda cosecha más baja de toda la serie histórica. Continúa, así, la evolución a la baja iniciada en el año 2010, cuando la producción europea de pera empezó a reducirse de manera sostenida. Ahora, en 2023, destacan los descensos de Francia (-28%), Italia (-63%) y Holanda (-3,3%).
Recupera, por contra, su capacidad productiva España, con un auge del 25% y 296.000 toneladas, acompañada de Bélgica y Polonia, que prevén sendos crecimientos destacables.
A nivel comercial, se espera, igualmente, una campaña comercial fluida, con un claro déficit en ciertas variedades derivado de los problemas climáticos, que han afectado de manera intensa a algunas zonas productivas.
En este contexto, el presidente del Comité de Pepita de FEPEX, Joan Serentill, espera una muy buena campaña comercial para la pera española: “Será una buena oportunidad porque se prevé una caída importante de la producción en Francia y en Italia una gran incertidumbre debido primero a la sequía y después a las inundaciones y a las heladas. Bélgica y Holanda, por su parte, mantienen su potencial productivo con algunas dudas debido a la falta de agua durante periodos importantes”.
Buena calidad y calibres
La escasez de precipitaciones y las altas temperaturas registradas durante el periodo estival tampoco han afectado a la calidad de la fruta y a su calibre, positivas en ambos casos. En esta línea, la IGP Poma de Girona también destaca la correcta coloración de las variedades de manzana bicolores como la Gala, gracias a las bajas temperaturas nocturnas.
“Pese a las condiciones de sequía climática e hidrológica volveremos a tener una producción importante. Se espera una manzana buena y de calidad en nivel de dulzura y de calibre medio de la fruta”, señala el director del IRTA-Mas Badia, Joan Bonany quien añade que pese a los problemas que conllevan las altas temperaturas, estas, por contra, también han facilitado el control de las enfermedades de origen fúngico.
También extrae un aspecto positivo de la falta de lluvias el director general de Afrucat, Manel Simon, quien considera que la falta generalizada de agua y el cierre de canales de riego provocaron “un aclareo masivo en flor y fruto para minimizar las necesidades de agua de los árboles. Esto ha hecho que la carga de frutos sea menor por árbol y que estos frutos crezcan más”.
En este sentido, el incremento de los calibres es un factor favorable en la comercialización de los frutos, sobre todo en el mercado interior español, en el que el consumidor los prefiere.