El sector apícola extremeño agoniza
La Asociación Cacereña de Apicultores demanda la ayuda urgente al sector, del mismo modo que se ha hecho ya en las demás comunidades autónomas con mayor relevancia apícola.
Aunque las tempranas precipitaciones primaverales hacían augurar una campaña con posibilidades, la campaña apícola 2022 podría calificarse de nefasta desde el punto de vista productivo y sanitario para el sector apícola extremeño. Probablemente sea la peor campaña apícola de los últimos 30 años.
Las causa ambiental principal de la catastrófica situación por la que está atravesando el sector apícola Extremeño, ha sido la sequía extrema que ha sufrido nuestro país durante todo el año, y muy especialmente en la zona oeste y suroeste español (Extremadura y Castilla y León), dado que la apicultura de la provincia de Cáceres se desarrolla fundamentalmente en la propia provincia durante la invernada y primavera, y en la comunidad autónoma de Castilla y León durante la Trashumancia.
Como consecuencia de esta situación excepcional de extraordinario déficit hídrico, ha habido una enorme escasez de flora melífera, y se ha producido una drástica merma las producciones del sector apícola extremeño (polen, mieles claras y mieles oscuras) y un fuerte impacto sobre el vigor, población y sanidad de las colonias de abejas.
La mayoría de zonas productoras las mieles claras han sufrido una fuerte reducción de la producción (de hasta el 50% en relación a la media de un año normal); las mieles oscuras de un 70% respecto a la media de un año normal; y el polen, tanto seco como fresco, de más de un 40%.
A la excepcional situación de sequía extrema se han unido otros factores extraordinarios, que no han venido más que a acrecentar la dramática situación por la que está atravesando el sector, incidiendo de modo decisivo en la sostenibilidad económica de las explotaciones apícolas:
– Enorme incremento de las pérdidas de colonias durante las invernada como consecuencia del “Síndrome de Despoblamiento”, con una media de bajas por explotación de entre el 30 y el 40%.
– A las bajas de la invernada, se sumaron además las pérdidas de reinas y colonias de abejas (fundamentalmente enjambres de reposición) como resultado de la alta depredación producida por el abejaruco sobre las colmenas, por la escasez de otros insectos como consecuencia de la sequía.
– Asimismo, debemos destacar en el ámbito sanitario la fuerte parasiación por el ácaro varroa, que las explotaciones vienen sufriendo ya a lo largo de varias campañas, la cual está ocasionando pérdidas importantes de colonias como consecuencia de la falta de eficacia de los productos antiparasitarios empleados, y gastos adicionales para la realización de nuevos tratamientos.
Además, debemos tener en cuenta los nuevos depredadores como el avispón asiático, que han teniendo especial incidencia durante la presenta campaña dada la carencia de otros insectos de los que alimentarse.
– Incremento del precio de combustible de hasta un 90-100% con respecto a la campaña anterior, incidiendo de modo decisivo en la realización de la seña de identidad del sector apícola extremeño, la trashumancia apícola; llegándose en algunas explotaciones a reducir el número de colonias a trasladar y con ello, asumiendo una pérdida sustancial de producción.
– Enorme subida de los costes destinados a la alimentación de las colmenas, llegando a superar algunos productos un incremento de precios de hasta el 100-120 %, y suponiendo el mayor lastre para las explotaciones apícolas de cara a afrontar la nueva invernada 2022-23.
– La situación de sequía extrema ha generado una enorme escasez en las floraciones melíferas, lo que a su vez tuvo como consecuencia las enormes mermas de la cosecha anteriormente descritas (tanto en enjambres, como en producción de miel y polen).
Por si todo ello fuera poco, el sector se enfrenta a una más que probable bajada de los precios de la miel que ronda el 20% con respecto a campañas anteriores, como consecuencia de las importaciones procedentes de terceros países, como es la producción China. Que traen consigo consecuencias fatales para la competencia del mercado español y europeo, ya que sus precios rompen la competencia leal, muy por debajo de los propios costes de producción de los apicultores españoles y de los de nuestra comunidad autónoma. Debemos reseñar además, que también desestabilizan los mercados de la miel en cuanto a calidad, pues nada tienen que ver con la higiene y sanidad alimentaria de las producciones españolas.
Por consiguiente, dada la grave situación que viene soportando el sector apícola extremeño durante la anualidad 2022, desde la Asociación Cacereña de Apicultores se demanda la ayuda urgente, mediante la implementación de ayudas directas como las concedidas para dar respuesta a la situación excepcional como consecuencia de la guerra de Ucrania, del mismo modo que ya se ha hecho en otras comunidades autónomas con relevancia apícola, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Andalucía.