El olivar avanza al ritmo de las nuevas tecnologías
El uso de drones para monitorizar el estado y la evolución térmica del olivar, o el desarrollo de proyectos que fomentan la sostenibilidad y el desarrollo de variedades más resistentes a las enfermedades son algunos de los principales avances.
Por Juan Herrera, periodista agroalimentario.
Ya no resulta extraño para aquellos que siguen de cerca los avances en el sector del olivar y el aceite de oliva, pero no por ello hay que dejarlo pasar por alto: la tecnología ha llegado con fuerza, y lo ha hecho para quedarse de manera definitiva.
Y en todos los ámbitos; desde los sistemas de plantación, hasta la extracción del oro verde, pasando por la comercialización, la sostenibilidad o la gestión de los subproductos.
Precisamente, en este último ámbito, destaca el reciente impulso del proyecto de investigación Sustainolive, que, coordinado por la Universidad de Jaén con un inversión de casi 2,1 millones de euros, tiene como objetivo final mejorar aún más la sostenibilidad del olivar y la gestión de los subproductos de las almazaras.
La introducción de los drones en el sector olivarero permite avanzar en técnicas de agricultura de precisión
La iniciativa cuenta con la participación de un total de 22 entidades de 6 países, tiene un plazo de ejecución de cuatro años y ha sido uno de los seleccionados para recibir financiación del Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea Horizonte 2020. Su objetivo principal será construir capacidades de investigación e innovación para desarrollar nuevos conocimientos, conceptos y soluciones innovadoras basadas en conceptos agroecológicos y en el intercambio de conocimiento entre los principales actores del sector del olivar, para mejorar la sostenibilidad del olivar y la gestión de los subproductos de las
almazaras.
Además, entre los objetivos específicos de Sustainolive destacan algunos como: integrar el conocimiento ecológico, territorial y socioeconómico, para diseñar estrategias y métodos de manejo del cultivo del olivar y valorización de los subproductos
de las almazaras, a fin de que sean más eficientes, sostenibles, económica y técnicamente viables, y adaptados a la gran variabilidad de condiciones ambientales en las que se cultiva el olivar en la cuenca Mediterránea; o promover la transferencia
de conocimiento, métodos y técnicas en alianza con los olivareros, responsables de la toma de decisiones y del sector de transformación del aceite de oliva y la sociedad.
También en el ámbito de la sostenibilidad, cabe destacar por su importancia y repercusión el proyecto europeo Life Resilience, cofinanciado por el programa Life de la Unión Europea, y que cuenta con un presupuesto total cercano a los tres millones
de euros. Su principal objetivo es desarrollar variedades de olivo que sean lo más tolerantes posible a la Xylella fastidiosa y a otros patógenos, minimizando las pérdidas que hasta ahora conlleva tener una plantación infectada, así como implantar prácticas sostenibles que contribuyan a prevenir la propagación de la bacteria y aumenten la resistencia hacia
brotes de plagas y patógenos.
Conformado por socios como Galpagro, Agrodrone, Asaja, Agrifood Comunicación, Universidad de Córdoba, CNR IVALSA, Nutriprado, Salov y SACH, así como Transfer Consultancy como Compliance Manager, e Ideagro como asesor agronómico
externoecnológico, hasta el momento Life Resilience ha desarrollado el inventario de suelos, a través de un estudio de línea base; el inventario de presencia de vector potencia de Xylella fastidiosa; el diseño de los ensayos de demostración; y la selección de medidas para mejorar la productividad y sostenibilidad del sistema.
Asimismo, se han realizado estudios para saber qué diferentes tipos de suelo hay, su homogeneidad y la composición de la actividad microbiológica del suelo en cada una de las fincas, situadas en Carmona (España), Alandroal (Portugal) y Pisa
(Italia). Por otro lado, se han determinado qué tipos de plantas se emplearán para las cubiertas vegetales, la estrategia de riego a implementar y qué tipo de microorganismos deben agregarse al suelo para mejorar la salud del suelo y aumentar la resiliencia
de la planta.
La tecnología ha llegado con fuerza, y lo ha hecho para quedarse de manera definitiva. Y en todos los ámbitos
Además, se ha estimado la presencia de vectores potenciales y su distribución a lo largo del tiempo gracias a la información
oficial disponible y se ha estipulado la metodología para monitorear regularmente la presencia de vectores potenciales que,
cuando se agregan a otras variables relevantes, obtendrán escenarios de la posible distribución de las poblaciones de vectores.
Por último, 500 de los genotipos desarrollados para obtener variedades resilientes a Xylella fastidiosa, se plantarán en la finca experimental “El Valenciano” de Carmona (Sevilla) el próximo verano para estudiar su evolución, junto con los 500 genotipos
ya plantados.
Los drones sobrevuelan los olivares
Los avances en I+D aplicado al olivar también llega de la mano de los drones, cuya utilidad va ‘in crescendo’. Y es que su introducción en el sector olivarero supone un desarrollo tecnológico y de innovación que permite avanzar en técnicas de
agricultura de precisión, facilitando información que antes solo se podía obtener en laboratorio o vía satélite.
Ejemplo de ello es el logro alcanzado recientemente por distintos grupos de investigadores de la Universidad de Jaén, que ofrecen la posibilidad de monitorizar el estado y la evolución térmica del olivar mediante cámaras termográficas.
Además del olivar, estás cámaras pueden aportar información necesaria para el mantenimiento de instalaciones de placas solares, evolución de humedales, evaluación de plantas industriales, etc.