El futuro del cultivo del aguacate en la Península Ibérica en un contexto de cambio climático
Las consecuencias del cambio climático en el aguacate, se perciben en diferentes momentos fenológicos y puede causar el desplazamiento del cultivo a otras zonas con mejores condiciones climáticas en este contexto cambiante.
Por Iñaki Hormaza Urroz. Profesor de Investigación. IHSM la Mayora – CSIC – UMA
El cambio climático causado por la actividad humana es una realidad reflejada en diferentes parámetros a nivel global, como el aumento de las temperaturas del aire y los océanos o el aumento promedio del nivel del mar. Asociados a este cambio climático se viene observando un incremento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como olas de calor, sequías prolongadas o precipitaciones intensas. Aunque sus efectos son un problema global, sus repercusiones a nivel regional son más variadas, y hay regiones como la cuenca Mediterránea que son especialmente vulnerables. En el sector agrario, los impactos previstos son especialmente graves en especies como los cultivos leñosos que tienen un periodo productivo de muchos años, lo que no permite la adaptación a procesos climáticos cambiantes a corto plazo. Ante la crisis climática global, se deben desarrollar dos estrategias complementarias. Por un lado, la mitigación de este cambio mediante una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Y por otra parte, la adaptación a nivel local a las nuevas situaciones generadas. En el caso del aguacate, las consecuencias de este cambio se perciben en diferentes momentos fenológicos y puede causar el desplazamiento del cultivo a otras zonas con mejores condiciones climáticas en este contexto cambiante.
Principales efectos del cambio climático sobre el cultivo del aguacate en la Península Ibérica
Adelanto de la época de floración
Posiblemente debido al aumento de las temperaturas durante los meses de invierno, en los últimos años se está observando un adelanto en la fecha de floración del aguacate en la costa mediterránea andaluza. A continuación se expone la situación en la variedad Hass en los últimos 20 años en el IHSM la Mayora en Algarrobo (Málaga), donde el comienzo de la época de floración se ha adelantado unas 3 semanas en los últimos 20 años, siendo especialmente temprana en 2024.
El problema que plantea este adelanto es que las temperaturas durante la segunda quincena de marzo suelen ser todavía bajas tanto para una buena germinación de polen y crecimiento de tubos polínicos como para una buena actividad de los insectos polinizadores y, como consecuencia, probablemente esto explique en parte los cuajados erráticos observados en los últimos años en esta variedad en la costa mediterránea andaluza. Durante la floración, temperaturas medias de mínimas inferiores a 15° C pueden afectar seriamente al cuajado de frutos. Actualmente, Hass es la variedad que domina completamente el comercio internacional de aguacate y supone más del 80% de la producción española de aguacate. La diversificación varietal, además de contribuir a una mayor sostenibilidad del cultivo ya que con una combinación adecuada de variedades es posible producir aguacate en España durante los 12 meses del año, puede tener interés para potenciar variedades de floración más tardía, como es el caso de Reed, cuya época de floración ocurre un mes más tarde que Hass y produce fruta de excelente calidad en los meses de mayo a agosto.
Temperaturas extremas en los meses de verano
El aguacate es originario de regiones montañosas en los trópicos de América con temperaturas suaves y humedades relativas elevadas a lo largo del año por lo que está poco adaptado a las situaciones cada vez más frecuentes, sobre todo en verano, de altas temperaturas y bajas humedades relativas. Las altas temperaturas (por encima de 30° C, aunque especialmente grave a partir de 35° C), sobre todo si van acompañadas de vientos secos (HR inferior al 40%), pueden ocasionar, si se prolongan durante más de 5 horas, golpes de calor con efectos devastadores, como una abscisión masiva de flores o frutos, además de daños en hojas. El riego intermitente de la copa podría aliviar el estrés que se ocasiona pero ello exige una mayor demanda de la cada vez más escasa agua para riego. Otras opciones implican un cambio en el manejo del cultivo mediante el uso de acolchados y flora arvense para reducir las temperaturas y los daños asociado al golpe de calor.
Menos disponibilidad de agua de buena calidad para riego
La región mediterránea se enfrenta a una grave crisis de recursos hídricos, derivada de los efectos del cambio climático que, en las últimas décadas, se han incrementado como consecuencia del crecimiento poblacional, el turismo, el desarrollo urbano y la expansión de la agricultura de regadío lo que implica una intensa competencia por el uso del agua entre los diferentes sectores económicos. El aguacate es un cultivo que requiere de aporte de agua prácticamente durante todo el año para una correcta producción. En el caso de la costa mediterránea andaluza se calcula que se debe aportar un mínimo de 5.000 m3 por hectárea y año, aunque los requerimientos son variables dependiendo de las zonas. Además, el agua debe tener una baja conductividad por la sensibilidad del aguacate a las sales, especialmente en el caso de los portainjertos de raza mexicana, que son los más utilizados en zonas de clima mediterráneo, por su mayor tolerancia a bajas temperaturas. En los últimos años, como consecuencia del cambio climático, los periodos de sequía prolongados, de temperaturas extremas y de precipitaciones concentradas en el tiempo son cada vez más frecuentes en la cuenca mediterránea. La tendencia futura indica que esta situación va a ser crónica lo que está conllevando uso cada vez más frecuente de aguas de peor calidad. Para poder hacer frente a esta situación se necesita una aproximación holística que pasa, en primer lugar, por optimizar la gestión del agua disponible, realizando un manejo adecuado de las diferentes fuentes de agua (agua superficial, subterránea, regenerada de depuración y, en zonas costeras, procedentes de la desalinización de agua marina). En segundo lugar, por continuar optimizando los sistemas de riego, de forma que se potencie la monitorización de los aportes de agua en función del estado hídrico del suelo y de la planta mediante las nuevas tecnologías de agricultura de precisión así como continuar con los avances en riego localizado y de bajo caudal. Finalmente, se debe plantear la renovación del material vegetal con nuevos portainjertos que muestren cierta tolerancia a condiciones de salinidad y/o alto contenido en caliza así como a menores dotaciones de agua. No obstante, hay que tener precaución puesto que todavía no hay estudios del comportamiento de mucho de estos nuevos portainjertos en nuestras condiciones de cultivo. Todo ello, combinado con un aumento de la productividad por hectárea mediante un manejo adecuado del cultivo que permita reducir la huella hídrica del aguacate por kilogramo de fruta producido.
El cultivo del aguacate en la cuenca mediterránea es inviable si no se dispone de agua para riego y, por ello, hay que dimensionar la superficie cultivada en función del agua disponible. El futuro pasa por optimizar esa gestión del agua utilizando agua de diferentes orígenes unido a una reconversión de las plantaciones hacia la utilización de portainjertos más adaptados a riego con aguas de peor calidad y dedicar a otros cultivos aquellas fincas que, por sus condiciones edafoclimáticas, tengan productividades muy bajas.
Introducción de nuevas plagas y enfermedades
Al estar situados lejos de la zona de origen del cultivo en América Central y al ser un cultivo de relativamente reciente introducción a nivel comercial en España, el número de plagas y enfermedades graves todavía es escaso en nuestras condiciones de cultivo comparado con otros países exportadores de aguacate el mercado europeo. La plaga más importante es el ácaro cristalino (Olygonichus perseae), que se introdujo en Europa hace unos 20 años. Los resultados de la investigación realizada en el IHSM La Mayora, el IFAPA de Churriana y el ICIA de Canarias han permitido avances significativos en el control biológico de este ácaro en base a enemigos naturales y prácticas de cultivo que permiten convivir con la presencia de la plaga sin necesidad de aplicación de acaricidas.
En cuanto a las enfermedades, existen problemas graves de hongos de suelo, fundamentalmente causados por Phytophthora cinnamomi y Rosellinia necatrix. Para el primero, existen portainjertos clonales con tolerancia al hongo. Para el segundo hay un programa de selección en España en el que participan el IFAPA centro de Churriana, el Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC y el IHSM la Mayora, que ya cuenta con diferentes selecciones avanzadas con tolerancia al hongo, la mayoría de ellas obtenidas a partir de árboles con portainjertos de semilla que sobreviven en condiciones de infección en campo. Otro problema fúngico cada vez más importante es la presencia de hongos aéreos de la familia Botryosphareaceae que causan muerte regresiva de ramas. Se dispone ya de métodos de detección precoz y se está avanzando en el control de la enfermedad en campo que pasa por reducir las situaciones de estrés de las plantas y un apropiado manejo de los árboles infectados. Estas situaciones de estrés son cada vez más frecuentes, lo que está llevando a una mayor incidencia de este problema en los últimos años.
Sin embargo, existen numerosas plagas y enfermedades que afectan al aguacate en regiones subtropicales y tropicales y que todavía no se han detectado en el cultivo en España. El aumento de temperaturas, sobre todo en los meses de invierno, puede permitir el asentamiento de nuevas plagas y enfermedades por lo que se debe extremar la precaución y no introducir material vegetal sin un estricto control cuarentenario.
Maduración inadecuada de la fruta
El aguacate es un fruto climatérico que madura después de la recolección, que deber realizarse en estado de madurez fisiológica, que se alcanza con un porcentaje determinado de aceite en fruto. Sin embargo, el estado de maduración fisiológica para la recolección de la fruta se realiza comercialmente en base al contenido en materia seca, que es un parámetro indirecto del contenido en aceite, pero más sencillo de medir que este. Los valores recomendados de materia seca para recolección varían para Hass entre 21% y 24% dependiendo de los países. Sin embargo, la correlación entre ambos parámetros se puede ver afectada por situaciones de altas temperaturas, llevando a que se alcancen unos valores aparentemente adecuados de materia seca pero que la fruta no haya desarrollado una cantidad suficiente de aceites para madurar adecuadamente. En este sentido, es necesario realizar estudios en diferentes lugares de producción en un contexto de cambio climático por si es necesario reevaluar los valores óptimos de materia seca para la recolección.
Artículo publicado en la revista ECA Fruits ED. 24