El almendro: una gran oportunidad para la fruticultura española
Por Federico Dicenta y José Egea. Grupo de Mejora Genética de Frutales. Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El almendro es un cultivo muy arraigado a la agricultura española y a nuestro paisaje mediterráneo. Tradicionalmente se ha considerado como un cultivo marginal, y como tal se ha ubicado en las tierras donde no se podían establecer otros cultivos, en secano y con pocos cuidados. Fruto de esta situación heredada, es la baja rentabilidad de las plantaciones tradicionales, con producciones por debajo de los 100 kg de almendra grano por hectárea. Además, nuestras variedades tradicionales de floración temprana y auto-incompatibles, son frecuentemente víctimas de las heladas cuando se cultivaban en zonas del interior peninsular o a determinada altitud.
Desde hace años, Estados Unidos, el mayor productor de almendra del mundo, viene desarrollando una fuerte campaña comercial de la almendra, apoyada por sus demostradas propiedades cardiosaludables, que ha tenido como consecuencia un incremento exponencial de la demanda en nuevos mercados (China, India, Rusia, Corea del Sur), y en los tradicionales países consumidores europeos y americanos. Ello ha desembocado en un importante aumento del precio de la almendra.
«La subida de precios de la almendra ha revolucionado el sector y todo el mundo quiere apostar por este cultivo»
Los obtentores ofrecen nuevas variedades, los viveristas amplían sus instalaciones y surgen nuevos viveristas, se produce la reconversión al almendro desde otros cultivos y la incorporación de empresas de otros sectores, y el que tenía almendros, ahora los cuida más, pensando en el retorno económico. Toda una revolución. Todo esto ha coincidido con la obtención de nuevas variedades mejoradas, de floración tardía y auto-compatibles por parte de los centros de investigación.
«Las nuevas variedades mejoradas de almendro han permitido la colonización de nuevas regiones del interior y norte peninsular donde el cultivo del almendro era impensable a causa de las heladas»
Las variedades, obtenidas en el CEBAS-CSIC de Murcia, “Penta” y “Makako” de floración extra-tardía y auto-compatibles, permiten el cultivo rentable del almendro prácticamente en cualquier lugar de nuestra geografía.
Pero también han surgido nuevas propuestas para rentabilizar más las plantaciones. El agricultor cada día es más consciente de que no hay que ahorrar en el cultivo sino invertir con cabeza y reducir al máximo sus costes de producción. Para ello, el objetivo no debe de ser “gastar poco” sino “producir mucho”. En este sentido, la tendencia es a reducir los marcos de plantación para tener un mayor número de árboles por hectárea, manteniendo la recolección tradicional con paraguas. Incluso los árboles se llegan a pegar tanto que tienen que recogerse con los denominados “buggies”, tirando la almendra sobre mallas o directamente al suelo. Un paso más allá es la denominada alta densidad, súper alta densidad o cultivo en seto, con más de 2000 árboles por hectárea. En este caso la filosofía, heredada del olivar, es crear setos de almendros que pueden mecanizarse al máximo, consiguiendo elevadas producciones y reduciendo la mano de obra.
«Pero como todos los cultivos, el almendro no está libre de las fluctuaciones del mercado y ya hay quien habla de la burbuja del almendro»
Es verdad que los precios subieron mucho desde los tradicionales 3€/kg de almendra hasta los 10€ que se llegaron a pagar y que ahora rondan los 5€. Debido a la complejidad de los mercados internacionales no es posible determinar el precio de la almendra en el futuro, pero deberemos de planificar nuestras plantaciones para que nuestro coste de producción nos permita un beneficio razonable, incluso cuando el precio esté más bajo.
«Algunos productores ya han conseguido reducir sus costes de producción a los 2 € por kilo de almendra, y piensan que podría reducirse aún más. Ello aseguraría la rentabilidad de la explotación aun en el más pesimista de los escenarios»
Sin embargo, debemos ser optimistas. Los analistas auguran un futuro prometedor basado en la capacidad para aumentar la oferta en los países productores (Estados Unidos, Australia, España) frente al aumento vertiginoso de la demanda mundial, que se piensa que superará a la oferta en más de 500.000 toneladas para 2030.
Tenemos ante nosotros una gran oportunidad que no debemos dejar escapar, pero para ello debemos de superar algunas asignaturas pendientes.
«Por encima del tradicional sentimiento de que la almendra española es la de mejor calidad, tiene que serlo de una manera objetiva, ajustándonos a las exigencias del consumidor»
Además, el sector se enfrenta actualmente a una estructura compleja de viveristas, productores, descascaradores e industriales desorganizada. A las numerosas variedades tradicionales se han incorporado otras nuevas, lo que supone una dificultad para comercializar este exceso de variabilidad.
Finalmente, tenemos el problema de la almendra amarga que hay que resolver lo antes posible si no queremos que la almendra española sea desprestigiada por nuestros competidores. En este sentido, recientemente ha sido concedido un “Grupo Operativo” para la erradicación de la almendra amarga en España, liderado por “Almendrera del Sur” y en el que participa el CEBAS-CSIC.