Cómo el sector del vino en España sale a flote en pandemia
Vivimos tiempos convulsos, también para el sector del vino. La disminución de los canales de distribución, como el del sector horeca, ha provocado grandes pérdidas para muchas bodegas. Desde el comienzo de la pandemia, las ventas de vino han descendido un 34% según los datos publicados por Euromonitor, señalando en primer lugar las categorías de vinos espumosos, con una caída del -11,21%, y de vinos fortificados, con un -14,39%.
Pero no todo es oscuridad, pues la pandemia ha demostrado que sobrevive quien sabe adaptarse y encontrar nuevas oportunidades. El 2020 y 2021 han sido años para reaccionar y tomar decisiones estratégicas adaptadas a un mundo post-Covid, marcadas por el teletrabajo, el cambio de vivienda del centro de las ciudades a las afueras, y el aumento de las compras online. Una nueva normalidad que también afecta al consumo del vino, donde se observa un aumento de las ventas en tienda para el consumo en el hogar. Además, existe una tendencia a comprar vinos de mayor calidad, destacando aquellos con denominación de origen, siendo DOCA Rioja, DO Ribera del Duero y DO Rueda, los favoritos de los españoles, según el estudio mencionado anteriormente.
Pese a que muchas bodegas se han visto obligadas a echar el cierre, otras han logrado subsistir, gracias a tres medidas o vías de adaptación, principalmente:
- Las ayudas del Estado: En abril de este año, se hizo oficial la cifra de 11 millones de euros en forma de ayudas para las empresas españolas, con el fin de corregir la solvencia empresarial. Si bien es cierto que las bodegas no estaban incluidas en un principio (para la sorpresa de los empresarios del sector, al sí incluirse empresas de licores, cervezas o sidra), una rectificación a tiempo las incluyó en este plan de rescate. Los responsables de la patronal también han recordado en un comunicado que se han visto especialmente afectadas las pequeñas y medianas empresas vitivinícolas, cuya dependencia de los bares, restaurantes y el turismo es mayor.
- El salto al e-commerce: Pandemia también significa rechazo a lo físico. Quizás sea uno de los cambios que más hemos notado como sociedad de consumo: el buscar la comodidad de recibir los productos en casa, sin exponernos a ningún riesgo. Y esto incluye al vino. La comercialización de los vinos de bodegas a través de la red ha permitido que empresas de no tan gran tamaño hayan tenido la oportunidad de, aunque vieran reducidos sus beneficios, sobrevivir y mantenerse hasta que la situación económica se recupere. Esta digitalización de los procesos y ventas, como afirma el estudio, es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector.
- Los nuevos modelos de negocio: Reinventarse o morir nunca fue tan real. Son incontables los negocios que han tenido que tirar de innovación para poder mantenerse a flote, y nuevos negocios han visto la oportunidad ir más allá y unir negocio y solidaridad, para ayudar a los empresarios bodegueros a salir adelante. Este es el caso de Vinuba, una startup que busca salvar a las más de 2.000 bodegas en peligro de desaparición, a través de una
iniciativa en la que, mediante una suscripción mensual, el cliente recibe 3 botellas de vino diferentes, de forma sorpresa y desde el sofá de su casa. La unión del comercio online con la solidaridad, sumado a un toque de diversión. Una combinación que suena tan bien como sabe, ya que todos los vinos seleccionados son de calidad. Estas ofertas vienen para quedarse, abriendo una puerta nueva a los amantes del vino y como vía de apoyo a las bodegas más pequeñas o que más lo necesiten.