COAG-IR Murcia lamenta que la agricultura sea el «chivo expiatorio»
COAG-IR Murcia lamenta que la agricultura en el Campo de Cartagena se haya convertido en el “chivo expiatorio” de todas la irregularidades pasadas y presentes.
Si bien es cierto que el uso de nitratos en el pasado ha sido una de las causas del deterioro del Mar Menor, no la única; también es constatable que este sector ha sido el único que ha mejorado de forma urgente y drástica sus prácticas, una vez conocido el daño que se ocasionaba, y a pesar de que la actividad se estuviera desarrollando en el marco de la más estricta legalidad. Sin embargo, el resto de actores causantes del estado actual del Mar Menor no han enmendado sus impactos de forma significativa, en algunos casos por ser ya irreversibles.
Sin ánimo de ser absolutamente exhaustivos, se han identificado como circunstancias causantes del estado del Mar Menor: el desarrollo urbanístico desmesurado y desordenado durante las últimas cinco décadas y unas mejorables infraestructuras de saneamiento; la intensa actividad minera en la zona, cuyas consecuencias son todavía evidentes y graves; las aguas residuales urbanas, que aporta fosfatos, un nutriente nefasto para el ecosistema singular del Mar Menor; los nitratos de la agricultura intensiva; los regadíos, pozos y desalobradoras ilegales; la llegada de grandes fondos de inversión con intereses agrarios a la Región, que han saturado los suelos; los aportes de aguas cargadas de nitratos acumulados del pasado desde el acuífero; las embarcaciones a motor; los arrastres contaminantes (lodos) y de nutrientes (nitratos y fosfatos) producidos por las lluvias y las ahora recurrentes DANAS; la colmatación de las golas, que se encuentran muy lejos de su estado natural; e incluso otros micro impactos, que en conjunto también agregan un perjuicio significativo, como los comportamientos poco higiénicos e incívicos en dicho entorno natural.
El episodio de anoxia que se ha sufrido no tiene su origen en las prácticas agrícolas en la zona, que están siendo irrelevantes en la actualidad; sino en la elevación del nivel freático del acuífero, que aporta agua con nitratos del pasado, en conjunción con los fosfatos que llegan al mar menor de las aguar residuales y la reciente ola de calor, que ha actuado como desencadenante.
Para los agricultores de la zona es esencial limpiar el acuífero de nitratos y otros elementos que hayan podido llegar, por ejemplo, de la actividad minera pasada, porque no es suficiente con no realizar nuevos aportes de nutrientes -nitratos, del agro, y fosfatos, de aguas residuales urbanas- además se debe trabajar sobre el resto de factores que todavía se puedan enmendar e incluso sobre las micro causas.
Es preciso actuar sobre el acuífero para que el pasado no se vuelva a hacer presente y existen para ello soluciones tecnológicas accesibles, extrayendo parte de su volumen para darle un tratamiento de regeneración adecuado. A estos efectos, resulta esencial que el Ministerio Para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico active el Plan Vertido Cero, que contempla una serie de obras hidráulicas para actuar sobre el acuífero y sacar agua para quitarle los nutrientes.
Llegados a este punto, es preciso subrayar que el sector agrario lleva años realizando un esfuerzo importante para evitar sus impactos sobre el Mar Menor, y que siempre ha actuado conforme a una legalidad cada día más restrictiva, con independencia de las actividades ilegales de algunas empresas, que han de ser perseguidas y sancionadas. En este sentido, el desmantelamiento de los regadíos ilegales -8.500 hectáreas- habría de hacerse también efectivo.
No son pocos los agricultores que incluso han ido más allá de lo que las propias normas han dispuesto, dado que el agricultor local, con visión intergeneracional de su explotación y vocación de habitar el territorio, viviendo de la actividad de producir alimentos para la sociedad, es el más interesado en encontrar una solución definitiva.
En este sentido, COAG-IR Murcia recuerda que representa y defiende un modelo de agricultura sostenible y social, vinculada al territorio y familiar; un modelo apartado de la agroindustria extractiva de capital proveniente de fondos de inversión que se han instalado en la zona y que, si bien es cierto que tratan de minimizar sus impactos, han supuesto una importante presión adicional para los suelos.
Finalmente, COAG-IR manifiesta su más profundo rechazo hacía aquellos que realizan análisis simplistas de la problemática del Mar Menor y favorecen un linchamiento público de las miles de familias que viven de producir alimentos de calidad y que son las primeras interesadas en preservar sus pueblos, sus entornos y su forma de vida. Aquellos que están elaborando, con verdades a medias y mentiras absolutas, un relato que asocia agricultura con destrucción del Mar Menor, deben comprender que toda actividad humana tiene unos impactos en el entorno que, efectivamente, han de ser identificados y neutralizados.
Corregir urgentemente las prácticas agronómicas dañinas ha sido y es un afán del verdadero agricultor del entorno del Mar Menor y de toda la Región, no en balde somos referentes internacionales en buenas prácticas y agricultura ecológica y de precisión.