El proyecto ‘Carne de Caza Silvestre de Europa, Naturaleza en estado puro’ pone punto final a su actividad después de tres intensos años de ejecución. Se trata de un proyecto financiado por la Unión Europea y gestionado por la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (ASICCAZA) que nació con el objetivo de promocionar y divulgar las propiedades de un producto único, la carne de caza, dándolo a conocer entre el gran público y los profesionales de la restauración.
El principal reto cuando arrancó esta iniciativa era aumentar el conocimiento de la carne de caza silvestre entre los consumidores, dando a conocer su calidad, seguridad alimentaria y altos estándares de producción. A pocos días de su finalización, Jaime Hurtado, gerente de ASICCAZA y uno de los responsable del proyecto, hace un balance positivo de los resultados: “creemos que durante este tiempo hemos sido capaces de comunicar a los consumidores las características y valores de la carne silvestre, estando presentes en todo el territorio y cumpliendo sobradamente los objetivos planteados”.
Durante los tres años de actividad —en 2020 y 2021 la pandemia obligó a su suspensión— el proyecto se ha ejecutado en torno a un mensaje clave que trasladar a los consumidores, el de que la carne de caza es una carne única por su origen silvestre y 100% natural, lo cual le otorga una características nutricionales y organolépticas con las que ser diferencial en el mercado. “Con esta idea hemos querido llegar a los consumidores y por ese motivo hemos estado presentes en las mejores ferias gastronómicas como SIAL Paris o el Salón Gourmets de Madrid, con una estrategia comunicativa gracias a la cual hemos logrado más de 1.300 impactos en medios de comunicación generalistas y especializados, con un alcance que ronda los 90 millones de personas”, apunta Hurtado.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la carne de caza silvestre en España es su bajo consumo en relación con los niveles de producción del país, por lo que la mayoría de la carne de caza española es exportada a otros países de Europa. Para revertir esta tendencia desde el programa europeo se propusieron poner en valor la carne de caza entre los profesionales de la hostelería, conscientes de que para dinamizar el consumo doméstico primeramente hay lograr que la carne de caza esté presente en la restauración y en la alta gastronomía.
Con esa premisa el proyecto ha hecho un esfuerzo por descubrir los secretos de la carne de caza silvestre a los futuros profesionales de hostelería. “Hemos querido estar presentes en las escuelas de cocina, impartiendo formación en centros por todo España, como en el Basque Culinary Center. Gracias a estas actividades hemos llegado directamente a más de 600 alumnos, los cuales serán los que marquen las tendencias gastronómicas del mañana”, señala el gerente de ASICCAZA. “Otra de las acciones que pusimos en marcha fue contactar con más de 2.500 chefs y establecimientos, entre los que se encuentran estrellas Michelín y cocineros de referencia, para facilitarles información sobre los canales de venta y distribución de la carne de caza”, añade.
Con este balancese despide un proyecto que ha tratado de aumentar la sensibilización respecto a los atributos de un producto que es una de las mayores joyas de la despensa natural de España. Una carne que más allá de su calidad nutricional y altos estándares de producción es también uno de los grandes activos en la lucha contra la despoblación, ya que toda la cadena de valor se genera en entornos rurales en los que actúa de motor económico y sirve para fijar población. Así pues, desde ASICCAZA continuarán trabajando más allá de los márgenes del programa europeo para que este producto ocupe el lugar que se merece dentro de la gastronomía, ya que como bien nos recuerda Jaime Hurtado, “la carne de caza, pese a que está presente en nuestra gastronomía desde hace siglos, es una carne de futuro”.