Cajamar entra a formar parte del consorcio SMARTPROTECT
La Fundación Cajamar se suma a un nuevo consorcio internacional, SMARTPROTECT, para fomentar la gestión eficiente de plagas en las explotaciones agrícolas.
Los investigadores y técnicos de los centros experimentales de Cajamar participan activamente desde principios de 2020 en el consorcio formado por empresas e instituciones de investigación agronómica de 14 países europeos que están desarrollando la iniciativa SMARTPROTECT (‘Metodologías avanzadas y tecnologías para la protección de cultivos hortícolas’), cuyo objetivo es la aplicación práctica de los últimos desarrollos científico-técnicos aplicados a la gestión de plagas en el sector.
La gestión integrada de plagas (GIP) es uno de los pilares fundamentales de la estrategia europea para una agricultura sostenible, eficiente y competitiva, a partir de la combinación racional de la utilización intensiva de tecnologías digitales y técnicas respetuosas con el medio ambiente como el control biológico, la innovación en el manejo de cultivos y el uso esporádico y localizado de los plaguicidas autorizados. A pesar de los años de experiencia acumulada en la implementación de la GIP en agriculturas de vanguardia como la española o la holandesa, en este mismo periodo se ha puesto de manifiesto que su desarrollo requiere de conocimientos y tecnologías muy sofisticadas, y que no está exento de dificultades prácticas y riesgos derivados de una mala praxis para empresas y agricultores.
Poner en contacto la teoría con la práctica
La intención de las empresas tecnológicos y los centros de investigación participantes en SMARTPROTEC es superar la brecha actualmente existente entre el campo de la investigación agronómica más avanzada y su gestión práctica en las diferentes agriculturas europeas, estableciendo un nodo de innovación formal donde poner en común experiencias, conocimientos, tecnologías y pautas adecuadas de manejo de cultivos y gestión de plagas, tanto en invernaderos como en explotaciones al aire libre.
El proyecto, que tiene una duración prevista de 3 años, aborda el reto de estimular el flujo de conocimiento relacionado con el potencial innovador de metodologías y tecnologías avanzadas, la agricultura de precisión y minería de datos, así como soluciones inteligentes como parte del manejo integrado de plagas en la producción de hortalizas. El objetivo final es proveer a los agricultores materiales fácilmente accesibles y comprensibles teniendo en cuenta los marcos regulatorios y la realidad socioeconómica y cultural de cada país, tendiendo así puentes entre el conocimiento en las distintas regiones de Europa.