Bayer ofrece soluciones estratégicas para el cultivo de cebolla
Bayer cuenta con una solución integral para la protección del cultivo de cebolla capaz de garantizar la protección de la cosecha durante toda la temporada.
Establecer una buena estrategia en el control de enfermedades es clave para obtener buenos rendimientos y la calidad óptima en los cultivos.
Para ello, cuenta con diferentes fórmulas que, aplicadas en diferentes estadios, permiten proteger todo el ciclo de recolección con las máximas garantías para el agricultor.
Fandango®, el aliado perfecto
Fandango® es un producto muy completo que, sin duda, se ha convertido en el aliado perfecto para hacer frente a las principales enfermedades de la cebolla.
Compuesta por dos materias activas, el fluoxastrobin, perteneciente a la familia química de las estrobilurinas, y el protioconazol, Fandango® es capaz de hacer frente a Mildiu y otras enfermedades de hoja como Stemphylium y Roya, aunque actúa, prácticamente, sobre todas las enfermedades foliares de la cebolla.
El secreto para lograr resultados más óptimos está en alternar este compuesto con otras soluciones como Volare®, fungicida a base de fluopicolida y propamocarb para el control de mildius en hortícolas. En el caso de que la presión sea de Stemphylium, lo más apropiado es alternarlo con Luna® Experience o Flint® Max, realizando un tratamiento preventivo para poder minimizar el riesgo desde el inicio de la enfermedad.
La cebolla, sensible a enfermedades foliares
Ante un cultivo sensible, es fundamental aplicar una estrategia acorde a sus necesidades. Las enfermedades foliares micóticas de la cebolla ocurren, mayoritariamente, durante periodos de clima húmedo o de riego intenso. Las temperaturas frescas favorecen al mildiú lanoso, mientras que las temperaturas un poco más altas favorecen a la mancha púrpura y al Stemphylium. Por lo tanto, un sistema de manejo integral de la rotación de cultivos, administración del agua, saneamiento y fungicidas foliares puede usarse para controlar estas enfermedades.
El bulbo de una cebolla, el producto cosechado, se desarrolla como un resultado de las hojas de la planta de la cebolla que producen azúcares a través de la fotosíntesis y, posteriormente, estos azúcares se translocan hacia el interior del bulbo en desarrollo. Cualquier elemento, incluyendo la enfermedad, que afecte a las hojas interferirá este proceso y tendrá impacto en la cosecha y en la calidad de la cebolla producida.
Las enfermedades foliares micóticas pueden provocar la necrosis de las hojas, así como la muerte prematura de las hojas de la cebolla, lo que repercute en la disminución del tiempo de almacenamiento de los bulbos.
Hay que tener en cuenta que si las hojas de las cebollas mueren cuando se encuentran erguidas, la planta no ha finalizado su ciclo. El corte del tallo facilita el exudado de savia y se origina una zona de contaminacion idónea para hongos tipo botritys y bacterias, lo que se traduce en problemas durante el almacenamiento.
Según ha comentado Arsenio Fernández, Sales representative en la zona de Castilla La Mancha, “la cebolla es una hortaliza muy delicada que requiere de una estrategia preventiva ante las multiples enfermedades foliares que la amenazan“.
Castilla La Mancha es la zona de mayor cultivo de cebolla tipo grano de España. Esta modalidad se cultiva en verano, se almacena y comercializa durante el resto del año: otoño, invierno y primavera.