El acuerdo de Mercosur hipoteca el futuro del campo valenciano, según AVA-ASAJA
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA- ASAJA) sostiene que el acuerdo que la Unión Europea (UE) acaba de firmar con los países de Mercosur -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- para liberalizar el comercio entre ambos continentes asestará un duro golpe a la ya de por sí precaria estabilidad del sector agropecuario de la Comunitat Valencina, ya que la mayor parte de sus cultivos más importantes van a verse directamente afectados por las consecuencias de este tratado.
Y es que el pacto alcanzado entre la UE y Mercosur es de largo alcance y afecta de lleno tanto a la agricultura como a la ganadería. No en vano, el acuerdo liberaliza de forma extrema la práctica totalidad de las importaciones agrícolas de Mercosur con destino a Europa y lo hace en los siguientes términos: para el 81,7% de las mismas eliminará los aranceles de importación, mientras que para el 17,7% restante fijará cuotas o preferencias fijas.
Productos absolutamente sensibles en el marco de la actvidad agropecuaria valenciana se encuentran en el centro mismo de la diana. Así, y de acuerdo con las informaciones que han trascendido hasta el momento, frutos secos, uva de mesa, cerezas o ciruelas entre otros muchos, no pagarán aranceles desde la entrada en vigor del tratado. En el caso de los frutos cítricos, de las hortalizas, del arroz, de los aceites vegetales o de las mermeladas se llevará a cabo una reducción arancelaria paulatina durante un período de entre 4 y 10 años. En cuanto a las cuotas, se ha acordado que entren en los mercados comunitarios 60.000 toneladas de arroz orginario de Mercosur sin arancel y otras 180.000 toneladas de carne de ave y 45.000 de miel en las mismas y ventajosas condiciones. El vino, el azúcar y el vacuno también se ven abocados a situaciones similares.
Por tanto, la inquietud que está generando el tratado con Mercosur entre los agricultores y ganaderos valencianos está más que justificada. En el ámbito citrícola, tras una campaña de auténtica ruina para los productores, crece la preocupación ante el impacto tremendamente negativo que la entrada de zumos procedentes de Brasil tendrá sobre el papel regulador del mercado en fresco que tiene la industria de transformación, puesto que esa competencia foránea de los zumos se traducirá en mayores dificultades para los productores europeos a la hora de destinar sus cítricos de menor condición y calibre a las plantas transformadoras a unos precios mínimamente razonables. Asimismo, también se contempla una mayor flexibilidad a la hora de aplicar los controles sobre plagas y enfermedades en los cargamentos procedentes de Mercosur.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, afirma que «son muchos los motivos que tiene el sector para estar intranquilo por este acuerdo y, sobre todo irritado, porque una vez más son los sectores industriales los que salen ganando a costa de perjudicar gravemente los intereses agropecuarios».
El máximo responsable de esta organización agraria señala, además, que «el tratado no establece mecanismos compensatorios para aquellos sectores que van a verse más afectados ni ningún tipo de garantía. Los países de Mercosur cuentan con grandes explotaciones, con costes de producción sensiblemente inferiores a los nuestros; con otro modelo productivo, en suma, y con esas condiciones tan desiguales es imposible competir». Por último, Cristobal Aguado subraya que «este acuerdo se suma a otros de similares características y, por tanto, llueve sobre mojado. Para la Comisión Europea, los agricultores y ganaderos somos la carne de cañón para que otros hagan negocio a nuestra costa y esta manera de actuar, a medio o corto plazo, será nuestra sentencia de muerte».