Algodoncillo del Olivo (Euphyllura olivina), un riesgo inminente para el olivar
La presencia de Euphyllura olivina, comúnmente conocido como el “algodoncillo del olivo” ha sido frecuente en olivar, pero no ha representado una amenaza significativa que justificara medidas de control fitosanitario.
Tradicionalmente se ha considerado una plaga secundaria, dado que sus efectos sobre la producción de aceituna eran marginales. En consecuencia, no había tratamientos químicos autorizados para este uso en el cultivo.
Desde 2017, se ha observado un incremento drástico en los daños ocasionados por esta especie en algunas zonas concretas del sur de España, con pérdidas en la cosecha de aceituna que oscilan entre el 20% en los casos menos severos y hasta un 80% en los más extremos. Estas cifras se han traducido en pérdidas de aproximadamente 6 millones de kilos de aceituna, lo que equivale a 1,2 millones de kilos de aceite de oliva, afectando más de 400 hectáreas de olivar en el sur de la provincia de Córdoba.
Ciclo biólogico de Euphyllura olivina
El algodoncillo del olivo incide principalmente en la floración del árbol, generando asfixia en las flores y provocando su desecación. Además, las ninfas de Euphyllura olivina se alimentan de la savia del olivo, debilitando la planta y reduciendo su capacidad productiva.
Desde Sanidad Vegetal se ha planteado que la proliferación de esta plaga podría estar relacionada con el descenso poblacional de sus enemigos naturales como por ejemplo Chrysoperla carnea y Anthocoris nemoralis debido al uso intensivo de insecticidas piretroides.
Estrategias de control y uso de insecticidas
El Consejo Oleícola Internacional establece tratar cuando hay al menos 2 ninfas por inflorescencia o más del 60% de inflorescencias con secreción algodonosa, pero se aconseja evitar insecticidas perjudiciales para la fauna auxiliar. Ante un posible rebrote, el Ministerio ha autorizado excepcionalmente el uso de piretrinas entre el 15 de febrero y el 14 de junio de 2025, aunque su eficacia no está completamente comprobada.
El principal obstáculo en el control fitosanitario de Euphyllura olivina radica en la capacidad protectora de su masa algodonosa, compuesta por filamentos cerosos que impiden la penetración de insecticidas. Por ello, la clave del control reside en deshacer esta barrera para facilitar la acción de los productos fitosanitarios.
Para deshacer esa masa algodonosa se recomienda la aplicación de soluciones de carácter oleoso, como GLOBBER, cuya composición le permite adherirse fuertemente a los filamentos cerosos que conforman el algodón creado por las ninfas de Euphyllura olivina para protegerse. Esto permite la disolución de la masa algodonosa y facilita la acción del insecticida sobre el psílido, maximizando su eficacia y garantizando un mayor nivel de control.
Otros casos de éxito
En 2024, con el objetivo de desarrollar estrategias de control integrado frente a plagas que generan secreciones algodonosas protectoras, tales como la citada Euphyllura olivina o Eriosoma lanigerum (pulgón lanígero del manzano) se implementaron protocolos basados en la combinación de insecticidas autorizados, como deltametrina o acetamiprid, con el bioestimulante GLOBBER. Los resultados mostraron un incremento en la eficacia del insecticida entre un 15% y 20%, además de un impacto visual significativo, gracias a la eliminación prácticamente total de la secreción algodonosa en ramas, brotes e inflorescencias.
La proliferación de Euphyllura olivina en los últimos años ha evidenciado la necesidad de estrategias de control integrado más eficientes y sostenibles. La aplicación indiscriminada de insecticidas piretroides no solo ha mostrado una eficacia limitada debido a la barrera algodonosa protectora del insecto, sino que también ha afectado negativamente a los enemigos naturales que regulan su población.
El uso de bioestimulantes como GLOBBER, en combinación con insecticidas autorizados, ha demostrado ser una solución viable al mejorar significativamente la penetración y eficacia de los tratamientos fitosanitarios. La implementación de este enfoque podría marcar un punto de inflexión en la gestión integrada del algodoncillo del olivo, contribuyendo a la sostenibilidad del cultivo y a la protección de la biodiversidad del ecosistema olivarero.