Agaprol OPL, diez años al servicio del sector lácteo
Agaprol OPL cumple diez años de existencia en uno de los momentos mas importantes para el futuro del sector lácteo en nuestro país. El millón de toneladas negociadas anualmente con una treintena de industrias lácteas les convierten en la mayor OPL del país y los 600 ganaderos asociados en un referente incuestionable del sector.
Europa y España entendieron que con el final de las cuotas lácteas se habría un peligroso escenario. El que el ganadero de lácteo se convertía en el eslabón más débil e indefenso de una cadena alimentaria controlada por la industrias láctea y por la gran distribución que, desde mucho tiempo antes, venían utilizando la leche como un producto reclamo en los lineales.
Parece haber pasado una eternidad pero hace diez años Agaprol OPL se estrenó teniendo que convencer a las grandes industrias lácteas que sentarse a negociar el precio de la leche era “obligatorio”. Este primer paso logró, no sin esfuerzo, dejar atrás las prácticas que las industrias habían impuesto a los ganaderos en nuestro país. Fue fruto de la legislación, de la negociación y de la presión conseguir que el productor supiera de antemano lo que iba a cobrar por su leche y dejar atrás que el precio se conociera cuando llegaba la liquidación del mes.
Ese primer hito de sentarse a negociar puede parecer ahora lejano y hasta ridículo pero sin el trabajo de Agaprol OPL y de las Organizaciones de Productores Lácteos eso seguiría siendo así. O, a caso, alguien duda de que las industrias del lácteo no habrían seguido campando a sus anchas y cuadrando sus cuentas de resultados a cuenta de los ganaderos sin tan si quiera molestarse en saber si tenían para comer.
Firmar un contrato en el sector lácteo fue la siguiente etapa de un proceso que, insistimos, puede parecer de otros tiempos. Agaprol OPL, de nuevo, apostó por lograr una relación equitativa entre ganadero e industria. Un contrato no deja de ser el retrato del terreno de juego donde se desarrolla el partido. Los contratos nos permiten saber qué es un penalty y qué un fuera de juego. Las trampas que luego se hagan para engañar al árbitro por parte de empresas con equipos de abogados todopoderosos son harina de otro costal.
Agaprol OPL ha permitido a muchos ganaderos individuales y agrupados enfrentarse, por primera vez, a las siempre temidas industrias del lácteo. Actos de conciliación, mediación extrajudicial y denuncias ante los tribunales han sido posibles con el respaldo de una organización como Agaprol OPL que no sólo dispone de los medios técnicos para abordarlo sino también de la información y documentación que acredita la situación que atraviesa el sector.
El éxito no es sólo ganar en los tribunales lo que es justo. Lo importante es que las industrias sean conocedoras de que alguien va a velar por los intereses de esos ganaderos a los que tanta costumbre tenían de amedrentar diciéndoles que si no firmaban dejaban de recogerles la leche o que no iban a permitir que el ganadero mordiera la mano quien, según ellos, les daba de comer.
Estos diez años también han servido para que el objetivo de los ganaderos se exprese en forma de rentabilidad y beneficio. El tiempo ha dejado claro que lo importante no es que la industria les engatuse diciendo que les paga un céntimo más que al vecino, sino que lo que tienen que cobrar por la leche ha de ser superior a lo que les cuesta producirla. Sí, superior, porque los costes de producción no bastan. Un ganadero tiene una empresa y no sólo es lícito sino imprescindible que haya beneficios. Si siguen queriendo tener leche tendrán que grabarse esto a fuego.
El objetivo de Agaprol OPL no es mercadear con el precio de la leche. El objetivo de la OPL es presentar a las industrias un precio razonado que se base en información objetiva y verificable por las partes. La rentabilidad de una explotación pasa por el precio pero también por otros muchos factores que inciden directamente en beneficio o perjuicio del ganadero. Para conseguir eso hemos tenido que reforzarnos técnicamente y destinar personal específico a las tareas de análisis pero, sobre todo, trabajar a diario con la información que cada día nos proporcionan los ganaderos asociados a la OPL. Ese flujo de información procedente de todos los territorios del país, de todas las industrias lácteas a través de los mejores profesionales del sector es lo que hace realmente fuerte y útil a una Organización de Productores Lácteos. El volumen de negociación es importante pero lo es más aún la información de la que disponemos gracias a nuestros socios.
Después de diez años el futuro está servido. Los ganaderos que todavía resisten en este país tienen la oportunidad de rentabilizar su experiencia y su capacidad de negociación colectiva. Agaprol OPL estará ahí para ayudar mientras los ganaderos quieran porque como OPL sólo nos debemos a ellos. Agaprol OPL no recibe ni una sola subvención porque entendemos que eso sólo restaría poder a los verdaderos protagonistas, los ganaderos. El futuro no es sobrevivir, ni tan siquiera aguantar. El futuro es elevar la leche al espacio de dignidad que se merece ante industrias, distribución y consumidores. Basta de banalizar un alimento básico e irrenunciable como es la leche vendiéndolo por debajo de lo que vale.
El cuarto trimestre del año será clave para que muchas ganaderías decidan si seguir adelante o echar el cierre. Desde Agaprol OPL van a trabajar porque eso no dependa del precio a fijar de aquí a diciembre sino por establecer un marco lo suficientemente estable y garantista como para que un ganadero se tenga que preocupar de trabajar más y mejor y no de si el mes que viene tendrá que cerrar su explotación.
Nuevos modelos de contratos, propuestas específicas a las industrias lácteas y a la distribución, control y regulación de la producción a nivel nacional o nuevos nichos de mercado para los subproductos ganaderos son sólo algunas de las propuestas de futuro que desde la mayor OPL de España hacen a los ganaderos y a las industrias lácteas. El futuro está ahí y sólo de nuestra capacidad para creer en él depende la continuidad de un oficio que lleva miles de años dando de comer a nuestros hijos.