La agroecología se abre camino de la mano del control biológico
La agricultura almeriense especializada en el cultivo de productos hortofrutícolas bajo abrigo mantiene la senda de la vanguardia en control biológico, un segmento en el que es líder mundial.
Por José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario
En los últimos años se ha ido modificando el enfoque del control biológico. Se están marcando nuevas tendencias. Antes se limitaba a la introducción de fauna auxiliar en los invernaderos para que actuaran contra las plagas. Con el avance de los trabajos que se llevan a cabo en los centros de investigación públicos y privados, así como en las empresas, que como Koppert o Agrobío, cuidan detalladamente su parcela dedicada a I+D, se han implementado progresivamente nuevas acciones y mejorado protocolos, que sin duda suman y convierten a la estrategia más natural en una herramienta en la que impera la biodiversidad en la lucha contra las plagas.
“Antes se utilizaban auxiliares para sustituir o complementar el uso de fitosanitarios, pero ya, cada vez más, hay un enfoque más agroecológico”, asegura Jan van der Blom, entomólogo y responsable del Departamento de Técnicas de Producción de COEXPHAL. Los agricultores están percibiendo las ventajas de contar con un entorno saludable no solo para sus cultivos, sino también para generar una biodiversidad dentro y fuera de sus invernaderos para propiciar un escenario favorable para la implantación permanente de la fauna auxiliar.
En este punto, cada vez es más habitual que los agricultores dedicados al cultivo de frutas y hortalizas bajo abrigo acondiciones el interior de sus invernaderos con plantas refugio con flores para atraer y favorecer a parasitoides, depredadores, etcétera, al ejército que les va a ayudar a luchar contra las plagas. De esta forma “se genera una situación propicia continua para los enemigos naturales de las plagas, al disponer en las propias explotaciones de flores durante todo el periodo, no solo cuando están en floración los cultivos, ya que necesitan néctar para vivir”, asegura Van der Blom.
“Estamos detectando nuevas especies de insectos auxiliares que hacen su aparición en los cultivos y suman en los esfuerzos, de manera importante, en el control”, apunta el experto, argumentando como motivo de esta presencia no solo la apuesta por las plantas florales y refugio en el interior, sino también por la plantación de setos en los aledaños de los invernaderos, que tienen la misma función. Estos setos, recuerda Jan Van der Blom, también “frena el movimiento de plagas entre cultivos en los cambios de ciclo”.
En Almería se percibe esta motivación reforzada por el asesoramiento de los técnicos de campo de las empresas especializadas en control biológico, desde donde fomentan la apuesta de los agricultores por el control biológico por conservación.
Alineada con la naturaleza se manifiesta y actúa una empresa como Koppert, artífice junto al resto de empresas y sector, de la evolución y el camino que marca el control biológico en la transformación de la agricultura intensiva. Su nueva imagen refleja, como así definen en Koppert, la permanente conexión de la empresa con la Naturaleza y expresa sus valores, que tiene la ambición de contribuir a un mundo mejor mediante alimentos sanos que proceden de una agricultura 100% sostenible, que es su principal objetivo. Para conseguirlo, trabajan junto a productores y agricultores.
La senda ecológica la marcan las nuevas políticas europeas. El uso de insectos y microorganismos beneficiosos para el control biológico de plagas y enfermedades en la agricultura es una de las acciones incluidas en la estrategia europea ‘Del Campo a la Mesa’, con la que todos los países miembros de la UE han acordado establecer conjuntamente una hoja de ruta para conseguir un sistema alimentario europeo más sostenible y saludable.
Los productos y servicios de Koppert están alineados con esta estrategia europea, como señalan en la empresa, con la que la UE quiere garantizar alimentos saludables, asequibles y sostenibles para todos los ciudadanos europeos, combatir el cambio climático, proteger el medio ambiente, preservar la biodiversidad y reforzar la agricultura ecológica. Para conseguir estos objetivos, la UE ha decidido reducir el uso de plaguicidas químicos un 50% para 2030 y fomentar la agricultura ecológica para que el 25% de la superficie de cultivo en Europa sea ecológica en 2030.
Los agricultores están convencidos de que el control biológico en toda su esencia “es el camino a seguir”, asegura el responsable del Departamento de Técnicas de Producción de COEXPHAL y se pone de manifiesto en los principales cultivos hortofrutícolas en los que está implantado y encontrando el refuerzo de contar con un entorno enriquecedor en materia de biodiversidad.
En relación a la evolución en cada hortícola, se mantiene liderando el pimiento, en el que casi en la totalidad de plantaciones se sigue utilizando control biológico. Asimismo, en cuanto al tomate, después de perder terreno, en los últimos años los productores han vuelto a retomar la implementación de estas prácticas respetuosas con el medio ambiente, rondando ya, de nuevo, el 80% de la superficie. No en vano, el control biológico se hace imprescindible para luchar contra la Tuta absoluta, que es una de las principales plagas que afectan al cultivo de tomate en invernadero. Una buena estrategia para el control de esta y otras plagas en este cultivo, parte de la suelta de Nesidiocoris tenuis en el semillero.
“El principal beneficio de la suelta en semillero es que la instalación de Nesidiocoris en la planta de tomate se adelanta hasta tres semanas, en comparación con las sueltas realizadas en la finca”, apuntan desde Koppert. Esas tres semanas de diferencia son vitales para que los primeros pasos con el control biológico sean eficaces, porque la planta ya llega a la finca protegida con un enemigo natural de plagas como la Tuta absoluta
Asimismo, después de la aparición de técnicas como la alimentación de depredadores mediante ácaros presa para favorecer la instalación de la fauna auxiliar, en pepino “se ha avanzado mucho”, asegura Ana Belén Arévalo, técnico de Agrobío. Concretamente, en una zona rezagada como el campo granadino, “los agricultores están viendo que el control biológico da buenos resultado en pepino bajo abrigo y se está traduciendo en un incremento de las hectáreas en las que se implementa”.