AGROCIRC 2030, envases más sostenibles
Los envases de plástico tienen caducidad. Así de contundente se muestra la directora de operaciones de Arrocera del Pirineo, Susana Hernández. Su cooperativa es la coordinadora de AGROCIRC 2030.
Un grupo de cooperación que tiene como objetivo reutilizar los restos agroindustriales para fabricar envases más sostenibles sin necesidad de utilizar plástico.
“Este proyecto surge de una demanda del sector primario para dar salida a los subproductos que genera”, señada Susana Hernández. AGROCIRC 2030 pretende darle una segunda vida a la cascarilla del arroz y otros residuos agrarios sin apenas salida comercial como pueden ser la paja o los restos vegetales de los cultivos hortícolas.
En el mes de julio la Unión Europea aprobaba una directiva por la que se prohibía la venta de determinados productos de un solo uso elaborados con plástico. Un material que en España es un elemento básico en el 40% de los envases que se fabrican. “Es una práctica que, con el tiempo, habrá que cambiar”, señala la coordinadora Susana Hernández.
AGROCIRC 2030 tiene como socios beneficiarios a Arrocera del Pirineo, Cereales Teruel, la Cooperativa Virgen de la Oliva de Ejea de los Caballeros y SAAR. Ellos serán los encargados de suministrar los subproductos agrarios que utilizará Feltwood Ecomateriales (otro de los socios) para diseñar un envase sostenible y biodegradable. Se trata de una empresa aragonesa especializada en desarrollar materiales industriales ecológicos a partir de residuos agrarios.
“En estos momentos estamos analizando esos subproductos para saber qué utilidad pueden tener”, explica el responsable de Desarrollo de Negocio de Feltwood Ecomateriales, Óscar Longares. Hay restos vegetales con los que nunca antes habían trabajado como es la cascarilla del arroz y pretenden estudiar en este tiempo el volumen de residuos que se genera en cada cultivo así como su estacionalidad. “Si vamos a fabricar envases, necesitamos tener materia prima durante un periodo largo de tiempo, no sólo de forma puntual”, aclara Longares.
La puesta en marcha de este Grupo de Cooperación permite revalorizar un subproducto que en la gran mayoría de los casos no tiene salida comercial. “Solucionamos también un problema porque muchos agricultores tienen que deshacerse de esos residuos o pagar para que se los lleven”, señala Óscar Longares.
De este modo AGROCIRC 2030 conduce al agricultor hacia una economía circular. Ellos producen alimentos y sus residuos se reutilizan para crear envases que terminan de nuevo en el campo al ser biodegradables y compostables. “Cerramos el ciclo completo”, apuntan desde Arrocera del Pirineo.