El camino hacia una nueva PAC
Nos encontramos ante un futuro incierto sobre la PAC en el que se vuelven a poner las bases sobre la mesa. Una PAC que tiende a garantizar una sostenibilidad social y medioambiental, más verde y equilibrada.
Por: Bárbara Aguayo, Periodista agroalimentaria (@BarbaraAguayoM3)
La Política Agraria Común, PAC, es una de las políticas más antiguas de la Unión Europea. Nació en 1962, cuando la Comunidad Económica Europea estaba muy marcada por la posguerra. El principal objetivo de esta política fue conseguir una serie de alimentos que fueran asequibles para todos los ciudadanos europeos estableciendo un sistema de precios que se adecuaran al momento que se estaba viviendo en toda Europa. Durante los primeros años de esta iniciativa, la productividad agraria aumento de tal manera que se vieron obligados a exportar, donar alimentos e incluso retirarlos de los mercados.
En 1992 llegaba la primera reforma de la PAC: la reforma McSharry, en la que se establecía cuotas y cupos de producción para evitar los excedentes. Además, se introdujo el medio ambiente como elemento importante.
La reforma conocida como Agenda 2000 puntualizó los últimos retoques al giro iniciado con McSharry y se comenzó a hablar de la multifuncionalidad del sector agrario y de la necesidad de una PAC más verde.
“La PAC no debe ser una política para cuidar el medioambiente, sino que debe servir para fomentar las producciones agrarias, sosteniendo la renta y mejorando la estructura del sector”, comentó Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE).
Sin embargo, no fue hasta el año 2003 cuando la PAC experimentó otro de sus grandes cambios. Las ayudas compensatorias se desvincularon de las producciones y pasaron a ser un Pago único por explotación agraria. Esta reforma dio lugar a una mayor flexibilidad de cada estado miembro para aplicar la PAC a cada país según sus intereses.
Once años más tarde, en 2014 la Política Agraria Común presenta nuevos cambios. Se implantó el Pago Básico de cada explotación con el objetivo de mantener una igualdad de los pagos entre las diferentes comarcas agrarias.
Actualmente, como recuerda el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, MAPA, la Política Agraria Común encara un nuevo proceso de reforma con el que se intentará medir y reforzar las medidas establecidas en 2014, al tiempo que se establecen las bases sobre el futuro de la PAC.
Entre las medidas que se van a llevar a cabo, destaca la apuesta por incluir al sector hortofrutícola en las ayudas desacopladas para poner fin a una situación discriminatoria. El consejero de Aragón también apuesta por una reducción del número de regiones productivas: “debe reducirse drásticamente el número de regiones productivas actualmente existentes en España, limitándolas a un máximo de cinco o seis, una por orientación productiva, así como las diferencias en los importes por hectárea actualmente aplicados”.
Asimismo, esta nueva reforma de la PAC está revolucionando al campo español debido a que lleva consigo una disminución de los fondos modificando la financiación para el periodo 2021-2027. En este sentido, el MAPA plantea recortar el pago básico de la PAC a los beneficiarios que cobren más de 60.000 euros para que lleguen a fondos a los pequeños productores; es decir, a partir de esa cantidad el campo verá reducida su ayuda.
El objetivo, según fuentes del Ministerio, es que haya más fondos para las pequeñas y medianas explotaciones, especialmente para los productores genuinos (aquellos que entre el 20% y el 30% de sus ingresos procedan de la venta de la actividad de su explotación). Por otro lado, desde el Gobierno se plantean otras opciones para mejorar la redistribución, como cambios en la política de convergencia y dejar fuera a las empresas que no tengan la agricultura o la ganadería como actividad principal.
En esta línea el consejero de Aragón, Joaquín Olona es rotundo. “Apostamos claramente por una reforma en profundidad que busque una política agraria más justa, más eficaz y, de paso, muchísimo más simple”. Sin embargo, los sindicatos agrarios ya han pedido que no se pongan más exigencias y que no se experimente en esta nueva reforma de la PAC.
En definitiva, estamos ante un nuevo debate sobre la PAC que está cogiendo fuerza y revolucionando a todo el campo español ya que el objetivo principal, y el que se está llevando a cabo desde el MAPA, es cerrar un gran acuerdo nacional en dos meses y todo ello bajo la duda de cuánto dinero se va a invertir, cuántas zonas se van a reducir y qué pasará con los derechos históricos.