El sector frutícola de Chile, más competitivo
Ante una importante asistencia de productores, exportadores de frutas, proveedores de las industria, y representantes del sector público, se dieron a conocer los resultados preliminares del primer estudio de competitividad de la industria chilena de la fruta fresca , «2030: Juntos, Nuestra Fruta Valdrá Más».
La iniciativa liderada por la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile AG (ASOEX), con el apoyo de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta) y el Gobierno de Chile, a través del Ministerio de Agricultura, Odepa, ProChile y el Sence, busca mejorar la competitividad relativa y la proyección tecnológica de la industria frutícola chilena respecto a sus competidores, y los efectos que se generarán en la actividad agrícola y sus trabajadores en un espectro de 3, 5 y 10 años. Asimismo, destaca el aporte a esta iniciativa que están realizando las empresas Anasac y Mediterranean Shipping Company (MSC).
«Estamos siendo testigos de un hecho histórico. No me cabe duda alguna que estamos participando en el inicio de un desafío que es el más relevante e importante que me ha correspondido participar en mi trayectoria en el sector frutícola nacional. Tan sólo algo comparable con el primer Cónclave Nacional de la Fruta que organizáramos con Fedefruta en agosto del año 2007. En efecto, en mis casi 33 años de trayectoria en la fruticultura chilena, no habíamos concordado, como entidad, realizar una prospección, con la debida profundidad y proyección, respecto del futuro de nuestra actividad y respondernos preguntas tan básicas por una parte, y tan profundas por otra, que nos permitán proyectarnos al futuro con una mayor certeza respecto de lo que éste nos depara», precisó Ronald Bown, Presidente de ASOEX, durante su discurso inaugural.
Bown destacó la velocidad con la cual están ocurriendo los cambios en Chile y el mundo, muchos de los cuales «ni siquiera imaginábamos que sucederían», señaló. Entre estos cambios, destacó los referidos a la oferta exportable chilena, el comportamiento de los mercados externos, así como el cambio en el comportamiento de los consumidores y los competidores. Cambios que están definiendo desafíos para el sector exportador de frutas.
Al respecto, el presidente de ASOEX, destacó la forma rápida y efectiva en la cual están reaccionando ante estos cambios y desafíos los países competidores, impulsados por un apoyo gubernamental robusto en lo económico y con mirada de largo plazo, lo cual, puntualizó no estaría ocurriendo en Chile. «Hay que definir políticas a largo plazo, que no dependan del gobierno de turno. Así lo están haciendo nuestros competidores», remarcó.
Asimismo, el representante destacó lo importante que es para la competitividad del sector que las políticas públicas e iniciativas legislativas consideren la realidad de la industria (temporalidad y perecibilidad), sobre todo en materias claves como son la capacitación, el medio ambiente , la institucionalidad alimentaria, los programas de inocuidad de la industria, la institucionalidad portuaria, la automatización e inteligencia artificial de los trabajadores del sector y su empleabilidad, y la sustentabilidad, entre otras materias.
El líder de los exportadores de frutas, precisó que las materias anteriores podrán ser abordadas adecuadamente con este primer estudio de competitividad. «No existe hoy un adecuado diagnóstico, que nos permita establecer propuestas que se implementen, de manera consensuada, con las autoridades respectivas, por ello, este estudio nos permitirá ver, de la manera más clara posible, lo que hoy nos limita, en conjunción con nuestras fortalezas, en un espectro global, vale decir, considerando también la situación del sector público, y definir, entre todos, cómo poder enfrentar esta crítica situación,destacando la labor que en estas materias el Ministro de Agricultura, Antonio Walker», observó Ronald Bown.
En el mismo ámbito, Jorge Valenzuela, Presidente de Fedefruta indicó: «Creemos que este es el punto de inflexión que necesitábamos en la industria. Creemos que nos hemos quedado un poco atrás en mirarnos internamente y ver qué nos falta, qué medidas debemos tomar y cómo lo tenemos que hacer. Celebramos este estudio, pues nos permitirá dar vuelta este escenario de incertidumbre. Estamos muy contentos de participar en él. Creemos que el diagnóstico es el correcto y los objetivos planteados también».
El estudio
Rodrigo Martínez, Vice Presidente de Matrix Consulting, fue el encargado de dar a conocer algunos de los resultados preliminares del estudio «2030: Juntos, Nuestra Fruta Valdrá Más». El profesional comenzó destacando el importante crecimiento de la población mundial (+12%) y en el consumo per capita de alimentos (+18%) que se estima para el año 2030, y en específico para el consumo de frutas y verduras (+80%) lo que es una excelente oportunidad para Chile.
Martinez, destacó, además que el estudio se centrará en trece especies frutícolas: manzanas, unas de mesa, kiwis, paltas, peras, cerezas, ciruelas, arándanos, naranjas, limones, mandarinas y clemntinas, nectarinas y carozos (damascos y duraznos).
El profesional precisó que preliminarmente «los desafíos de la industria frutícola chilena se pueden clasificar en cinco dimensiones de competitividad como: factores productivos, consumidores y mercado, industria de soporte, coordinación sectorial, y Estado».
En el ámbito de los «Factores Productivos», el Vice Presidente de Matrix destacó algunos de los principales desafíos, tales como: 1) Una curva de producción a plena cosecha más lenta que los competidores, 2) Recursos climatológicos marcados por déficit de precipitaciones y aumentos de temperaturas, 3)Recursos hídricos, cuya disponibilidad cada vez es más escasa, situando a Chile en el lugar 18 dentro de los países con mayor riesgo hídrico del mundo, 4) Recambio varietal, el cual exige una inversión importante y que está marcado por variedades protegidas que están siendo preferidas por los consumidores, 5)Situación laboral, donde destaca la escasa disponibilidad de mano de obra calificada y con menor productividad que otros orígenes, y 6) Tecnologías de producción como la biotecnología genética, agricultura de precisión, automatización y robótica, requieren de mano de obra calificada y una mayor conectividad rural.
En la dimensión de «Consumidores y Mercados», destacó la reducción de las ventanas comerciales, históricamente abastecidas por Chile, producto de una mayor competencia de otros orígenes y también de producción local.
En la dimensión de «Industria de Soporte», relevó la concentración logística de los puertos de Valparaíso y San Antonio (80% de las exportaciones de frutas), y que se ve afectada por situaciones de conflicto laboral y paros. También en materia logística, la distancia entre los puertos chilenos y los mercados de destino sitúa al país en una situación que debe ser abodarda respecto a los competidores, destacando los esfuerzos realizados por las empresas para reducir los tiempos de tránsito para los embarques de cerezas a China.
Asimismo, el representante de Matrix, precisó que la apertura comercial de Chile es una ventaja competitiva que se ha reducido, por cuanto los competidores gozan, cada vez más, de estas mismas condiciones de accesos arancelarios a los mercados.
En la dimensión «Estado», el profesional destacó la falta de presupuestos adecuados del Minagri y el SAG para poder afrontar desafíos fitosanitarios del país, bajo una estrategía de largo plazo y la necesidad de una mayor participacion del sector privado.
Si bien las dimensiones descritas revisten importantes desafíos, Rodrigo Martínez señaló que «en cada una de estas dimensiones de competitividad hay casos de éxito de la industria chilena de la fruta que invitan a la esperanza y apuntan a una reacción del sector», a lo cual, agregó, se adicionan significativas ventajas que también marcan un positivo escenario para el sector.
«Chile posee ventajas como su clima mediterráneo, permitiéndole producir una diversidad de frutas de alta calidad. Por otro lado, el sector ha demostrado su capacidad de adaptación, por ejemplo, al analizar la evolución al alza de compras de variedades protegidas. Por otro lado, la fruta chilena goza de reconocimiento de calidad en los mercados de destino. En Asia, por ejemplo, en las entrevistas que hemos realizado con importadores, retailer y otros actores claves que compran la fruta de Chile, la calidad de la fruta chilena es reconocida de manera superior a muchos de sus competidores», añadió.
Martinez comentó que el diagnóstico tiene un avance de más de un 50% en cuanto a entrevistas e información entregada por actores claves de la industria chilena y actores internacionales, determinados para esta primera parte del estudio; quedando por definir con mayor claridad las temas de competitividad que afectan al sector.
Puntualizó que dentro de los resultados preliminares se identificaron 12 temáticas, de las muchas expresadas por los entrevistados, que inciden en la competitividad frutícola de Chile, como es el caso de: 1) Regulación fitosanitaria y gestión de plagas; 2) Acceso a mercados; 3) Promoción de exportaciones, campañas e imagen país; 4) Recursos hídricos y climatología; 5) Infraestructura logística y de producción , 6) Inocuidad alimentaria; 7) Mercado Laboral (regulación, disponibilidad, y productividad), 8)Acceso a financiamiento; 9) I+D e implementación tecnologías; 10) Recambio varietal y gestión de nuevas variedades; 11) Coordinación sectorial y movilización del sector, y 12) Fruticultura sustentable.
Expositores y Panel
El evento contó además con las exposiciones de Víctor Grimblatt director y Gerente General de Synopsys Chile; Raúl Menjibar, Socio Fundador de Porta; Rodrigo Quevedo, Director General de Robotics Lab, y Sergio Melnick, ingeniero comercial, consultor y conferencista, quien además fue el moderador del panel, en el cual participaron todos los expositores del evento.
Los panelistas abordaron temas claves sobre el uso de tecnologías como la robótica, el internet de las cosas, la inteligencia artificial en el sector, coincidiendo en que éstas llegaron para quedarse y avanzar aún más, por lo tanto, deben ser adoptas por la industria como herramientas para mejorar cada proceso de la fruta y apoyar la labor de los trabajadores. Agregaron, asimismo, la importancia que reviste una mayor coordinación y articulación entre las universidades, las empresas productoras y exportadoras de frutas, y el Estado, para que los desarrollos que se están realizando a nivel tecnológico respondan a las necesidades reales del sector.
«Es importante abordar los desafíos pensando cómo el futuro determina nuestro presente, y no al revés, pues en la medida que tengamos claro dónde queremos llegar, podemos hacer las cosas necesarias hoy para avanzar hasta allá. La industria frutícola chilena ya demostró que puede ser líder mundial, tiene que reinventarse y hacerlo nuevamente, y por lo que hemos visto acá es que se puede. Hoy están presentes los líderes, los expertos, los productores, los exportadores, en una audiencia de más de 300 personas. Entonces no sólo se puede, sino que se debe», precisó Sergio Melnick al cierre del panel.