Los cereales se apuntan a la innovación
En España se cultiva una media de 6 millones de hectáreas de cereales y es el sector con mayor base territorial y con distribución a lo largo de todo el territorio.
Por José Sanchís, periodista agroalimentario.
Las últimas lluvias primaverales han concedido un balón de oxígeno para la cosecha de cereales de invierno y hacen ver el horizonte con una visión más optimista que la de unas semanas antes que pintaba realmente catastrófica. Sin embargo, los rendimientos en la mayor parte de zonas productoras, y pese a los últimos aportes pluviométricos que llegan tarde, son más bajos que la pasada campaña. Ya se sabe que esta climatología tan cambiante puede estropearlo todo y por ello se señala desde el sector que el seguro es un instrumento fundamental. Junto al clima; innovación e investigación, nuevas variedades y mejora de las semillas y plagas son algunos de los retos
futuros para el sector.
Estamos inmersos en una campaña del cereal de invierno que se augura más corta que la media de los últimos años y es que a pesar de las últimas lluvias los rendimientos finales no serán los deseados, aunque tampoco tan desastrosos como se preveían antes de las mismas.
No les falta por tanto razón a quienes abogan por los seguros como herramienta de compensación de las rentas de los productores ante cualquier tipo de adversidad climatológica. Los cultivos herbáceos dependen mucho del cielo y llevan dos ejercicios consecutivos con una alta siniestralidad en España.
La intensa sequía de 2017 provocó unas indemnizaciones sólo en Castilla y León y Castilla La Mancha por valor de 230 millones de euros. En el ejercicio pasado de 2018 también se dieron 85 millones de euros en indemnizaciones.
La gran sequía de hace dos años y la escasez de lluvias en otoño provocaron un fuerte incremento de la contratación del seguro de herbáceos con garantía de sequía. En el mes de diciembre pasado se produjo una controversia, tras entrar en colisión los plazos de contratación con la realidad de los cultivos. Los productores de cereal no sabían si contratar ni cuánto pues los campos estaban yermos. El presidente de Asaja Huesca, Fernando Luna, es muy claro al respecto: “Es muy difícil pedirle a un agricultor que pague un seguro si no sabe si va a tener un cultivo que asegurar, es como si aseguras un coche sin saber el modelo
que te vas a comprar”.
Agroseguro amplió una semana, hasta el 27 de diciembre, el plazo para contratar los módulos 1 y 2 del seguro de cultivos herbáceos extensivos, medida totalmente insuficiente porque en siete días no se arregla la situación climatológica en el campo y por ello las organizaciones agrarias reclaman una simplificación de la burocracia, mejora de las condiciones y coberturas dignas.
A la climatología adversa hemos de añadir la falta de rentabilidad de estos cultivos motivada por los bajos precios en origen que percibe el productor y por el aumento de los costes de producción. En comparación con otras zonas productoras a nivel mundial, el tamaño de las explotaciones es uno de los motivos que condiciona estos resultados y por ello se defiende cada vez más
la organización e integración como factores para para competir en un mercado cada vez más globalizado. Y se pone como ejemplo a Francia donde en la década de los 90 había más de 430 entidades del sector y ahora con sólo 165.
Para no perder ese tren de la competitividad el sector se ha puesto las pilas en una serie de aspectos y uno de ellos es el de la innovación e investigación. Con ese objetivo se constituyó FiRCMe (Fisiología del Rendimiento y Calidad para la Mejora de Cereales), una Red de Excelencia científica financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad que vincula a grupos españoles de prestigio internacional en fisiología y/o genética/mejora de cereales. El objetivo es generar actividades entre los grupos que la conforman para maximizar oportunidades de entender cuáles son los condicionantes del rendimiento (tanto potencial como en condiciones adversas) y la calidad (tanto funcional como nutricional) de los principales cereales y contribuir de este modo a su mejora genética.
La influencia del clima en los cereales es muy grande. En los dos últimos años Agroseguro ha pagado 315 millones de euros en concepto de indemnizaciones
La Red establece acciones que promuevan la comunicación, la investigación, y la internacionalización de los grupos de investigación, los que ya tienen probada experiencia en diferentes aspectos de la fisiología y/o mejora del rendimiento y calidad de cereales. Se verán complementadas y favorecidas por las interacciones que se generarán con la Red.
Durante la reciente Asamblea de la Asociación Profesional de Empresas Productoras de Semillas Selectas (Aprose), un grupo de investigadores de varias comunidades autónomas se mostraron partidarios de establecer un programa nacional de investigación en cereales, con participación de los sectores público y privado, que dé respuesta a las demandas del mercado y de los consumidores, la protección de los cultivos frente a las amenazas de patógenos y plagas, y que haga frente a los retos
del cambio climático, tal y como explica en un artículo en estas mismas páginas el investigador Ernesto Igartua de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC en Zaragoza.
Grano sostenible: variedades y semillas adecuadas
Una de las últimas iniciativas en el sector es Grano Sostenible, surgida del Convenio Marco sobre Reempleo de granos para siembra, firmado entre las organizaciones agrarias ASAJA y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España y Geslive (filial de ANOVE), en representación de las empresas obtentoras de variedades vegetales. Estas organizaciones han sumado esfuerzos con el objetivo de dotar al sector de los cereales, leguminosas y proteaginosas de los mejores instrumentos necesarios para afrontar los desafíos del futuro. Tiene como objetivos incrementar las líneas de investigación para obtener variedades que respondan a las necesidades específicas de las regiones españolas, contribuir a mejorar la sostenibilidad de los cultivos y a mantener la competitividad de las explotaciones, mejorar la calidad de la semilla utilizada, y aumentar el índice de utilización de semilla certificada.
Grano Sostenible e Innovatrigo son algunos de los proyectos innovadores surgidos en los últimos tiempos en el sector de los cereales en España
La normativa comunitaria y la española establecen de manera clara cuáles son las posibilidades que tienen los agricultores a la hora de decidir la utilización de las diferentes variedades. El objetivo de Grano Sostenible no es únicamente resolver un problema a los agricultores cerealistas, sino dotarle de herramientas de futuro, en base a la importancia que tiene la mejora genética. Una buena semilla es fundamental para obtener buenas cosechas, y el reto de los agricultores, ante un mercado tan globalizado, es aumentar la producción minimizando los costes para asegurar la rentabilidad de las explotaciones.
Es necesario un esfuerzo colectivo para mejorar el conocimiento de los agricultores sobre las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales, así como la promoción del uso de semilla certificada.
Además, es fundamental mantener y reforzar los programas de mejora para que los agricultores cuenten con las mejores variedades adaptadas a su zona. Uno de los requisitos que debe cumplir una nueva variedad para su admisión en el Registro de Variedades Comerciales es demostrar que tiene suficiente valor agronómico o de utilización. Para ello, esta variedad debe someterse a un ensayo específico, cuya duración mínima será de dos ciclos de cultivo consecutivos, denominado “ensayo de valor agronómico”. Este ensayo consiste en lo siguiente: esta nueva variedad en estudio, una vez cotejada con otras variedades ya registradas, debe aportar, al cultivarse en una zona determinada, una mejora agronómica sustancial, ya sea en relación a su productividad o a su comportamiento ante las condiciones climáticas, plagas o enfermedades, entre otros parámetros.
Grupo Operativo Innovatrigo
El cultivo de trigo de España ocupa una superficie superior a las 2 millones de hectáreas. Para trabajar en el cultivo se gestó el Grupo Operativo InnovaTrigo que plantea un proyecto vertebrador para actuar en todos los eslabones de la cadena. Persigue fomentar la adopción de una serie de innovaciones en el manejo de suelo y productos agroquímicos, al igual que la inclusión de nuevas tecnologías y TIC, que permitan llevar a cabo una producción de trigo sostenible económica y medioambientalmente en España, que ayude a asegurar el relevo generacional tan necesario en este sector y a crear una serie de industria subsidiaria basada en las nuevas tecnologías. InnovaTrigo cuenta con nueve miembros, la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) como representante; la Universidad de Córdoba (UCO)- “Grupo de Investigación AGR-126: Mecanización
y Tecnología Rural” como coordinador técnico; Agrifood Comunicación, la empresa internacional de productos fertilizantes Tarazona y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV) como socios beneficiarios; y Carrefour, Dcoop Sociedad Cooperativa Andaluza (Dcoop) y Biconsulting como colaboradores.
Cereales en contexto internacional
El Consejo Internacional de Cereales ha previsto un aumento del 2,3% en la producción mundial de grano en 2019/20 con respecto a la campaña actual, con lo que se llegará a 2.178 millones de toneladas, sin tener en cuenta el arroz. Sin embargo,
también espera un incremento de la demanda, que alcanzará un nivel récord de 2.201 millones de toneladas (+1,7% respecto a 2018/19). Ello supondrá una disminución de las existencias finales por tercera campaña consecutiva. Se situarán muy por debajo de los 600 millones de toneladas. El incremento de la producción se deberá principalmente al trigo, aunque también aumentarán las de maíz y cebada. En cuanto a la demanda, el CIC espera una mejora tanto del consumo en alimentación animal (+1,4%; 984 millones de toneladas), como del humano (+1,5%; 722 millones) y los usos industriales (+1,8%; 374 millones). En lo que respecta a la presente campaña 2018/19, el Consejo ha revisado al alza en 3 millones de toneladas su previsión de finales de marzo, con lo que la estimación asciende ahora a 2.128 millones de toneladas. El incremento se debe a unas perspectivas de mayor cosecha de maíz en Argentina y Brasil.
Por el contrario, ha revisado a la baja el consumo en 5 millones de toneladas (2.165 millones de toneladas) por el ajuste en la demanda para alimentación animal y usos industriales en Estados Unidos.
Plagas
En relación a las plagas, la retirada del mercado de distintas materias activas que contribuían a la lucha contra ellas deja a los productores de cereales sin herramientas efectivas para su control, que sí tienen otros competidores de fuera de la UE.
La información y la formación son claves en las plagas. El Ministerio de Agricultura ha editado, dentro de su colección Hojas Divulgadoras, un manual informativo dedicado al control y manejo de las plagas del trigo: plaga del mosquito y tronchaespigas
que provocan pérdidas económicas a los agricultores. La publicación ha sido elaborada por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) y el Servicio de Sanidad Vegetal de la Junta de Extremadura.
En esta hoja divulgadora se define en qué consisten las plagas del mosquito del trigo (Mayetiola destructor) y tronchaespigas (Calamobius filum). Asimismo, analiza y expone los controles disponibles para combatir estas plagas. Tradicionalmente, los agricultores han utilizado tratamientos insecticidas y quemado de los rastrojos, procedimientos contaminantes del medio ambiente. En esta hoja divulgadora se informa que los experimentos realizados sobre el quemado del rastrojo han demostrado que su eficacia es muy reducida en la prevención de estas plagas. Para sustituir estos procedimientos, este manual recoge un conjunto de buenas prácticas mediante las cuales se pueden evitar estas plagas. También se indican los tratamientos químicos autorizados contra el tronchaespigas.
Nueva norma de calidad del pan en España
El último Consejo de Ministros antes de las elecciones generales del pasado 26 de abril aprobó nuevas normas de calidad del pan que afectan a los cereales. En este sentido se contemplan requisitos más estrictos para considerar un pan integral, exigiéndose que el 100% de la harina empleada sea integral. Para aquellos panes integrales o de otros cereales que no estén elaborados de forma exclusiva con ese tipo de harinas, se tendrá que indicar el porcentaje de harina en el etiquetado.
En el caso de pan de otros cereales, también se incluyen requisitos más estrictos, estableciéndose por ejemplo para el pan de centeno que sea elaborado solo con ese tipo de harina. También se define el pan multicereal. Se concreta la definición de masa madre, que se preserva a un tipo de elaboración que limita el uso de levaduras industriales, y se establecen los requisitos
para utilizar la denominación «elaborado con masa madre».
También se define la elaboración artesana del pan, en la que debe primar el factor humano frente al mecánico y los requisitos que se deben cumplir para poder incluir esta mención en el etiquetado de los productos.
Además, se introduce una nueva definición del pan común, que incluye panes elaborados con otro tipo de harinas distintas a la del trigo, permitiendo así el uso de harinas integrales, de otros cereales, pero además, incluirá productos más beneficiosos para la salud, y muy demandados por el consumidor moderno, como son productos con salvado, etc. Esta nueva definición de pan común permite que a partir de ahora, se aplique un IVA reducido a muchos más productos que hoy en día se consideran de consumo habitual en los hogares, como son los panes integrales, los panes de otros cereales distintos al trigo y los panes elaborados con salvado. De esta forma y gracias a la ampliación de la definición de «pan común», se van a beneficiar del tipo de IVA reducido (4%) más tipos de panes que tenían actualmente un tipo del 10%.