Case IH gana la Medalla de Bronce a la innovación de SIMA 2019 con la tecnología XPower
XPower, el novedoso sistema que utiliza corrientes eléctricas para controlar las malas hierbas y que se comercializará dentro del conjunto de nuevas tecnología de agricultura de precisión de Case IH, ha ganado una medalla de bronce en los premios a la innovación otorgados por los organizadores de la SIMA antes de la próxima edición de esta feria en 2019 en París.
Desarrollada por la empresa suiza Zasso Group, la tecnología de ‘herbicidas eléctricos’, registrada por Case IH bajo la marca XPower, se ha desarrollado para dar respuesta a la necesidad de encontrar soluciones más sostenibles de control de malezas, según afirma Maxime Rocaboy, director de marketing de producto de Case IH.
“La tecnología digital de herbicidas es cuando menos igual de eficiente que los herbicidas químicos en lo que a control de malas hierbas se refiere, además de ser más eficaz, económica, práctica y segura para los cultivos que la escarda mecánica, todo ello sin alterar el suelo ni fomentar el crecimiento de las malezas”, sugiere Rocaboy.
“Al mismo tiempo, es más útil, fiable y menos costosa que los sistemas de quema o combustión empleados para el control total de malezas o follaje”.
Cómo funciona
El sistema XPower convierte básicamente la energía mecánica en energía eléctrica, sustituyendo los productos químicos por electrones de alta energía que se aplican a través de las hojas de las malas hierbas hasta llegar a las raíces, según explica Rocaboy. La tecnología de aplicación propiamente dicha es un sistema modular que ofrece la máxima flexibilidad y se adapta a las geometrías y necesidades específicas de cada cultivo.
“Montadas en un tractor o en el apero a una anchura de trabajo de 1,2-3,0 m, las unidades de contacto con las malezas generan una alta tensión. Con la ayuda de un sensor y/o un sistema de guiado basado en cámaras, y controlado por el sistema ISOBUS Clase 3 del tractor, XPower transfiere esta tensión a través de un elemento en contacto con las hojas de las malas hierbas que sobresalen del cultivo o del suelo, desplazándose después dicha tensión hasta las raíces. Otro elemento en contacto con otra maleza cierra el circuito eléctrico, dañando inmediatamente la clorofila de la maleza. Este sistema es eficaz en malas hierbas de cualquier tamaño.
“La especie concreta de maleza es irrelevante, y no existe el riesgo de que un posterior cambio meteorológico afecte a la eficiencia de una pasada con este sistema ni, a largo plazo, al desarrollo de resistencia a los herbicidas. Tampoco existe la necesidad de múltiples aplicaciones o complejos sistemas de pulverización. Además, el sistema permite afrontar la paulatina reducción actual del número de herbicidas disponibles y la falta de nuevos herbicidas. Tampoco hay problema con la compatibilidad del cultivo en cuestión: siempre que el sistema pueda tratar las malezas que sobresalen del cultivo, todo está controlado”.
El número cada vez menor de herbicidas químicos y la escasa cantidad de productos nuevos en el mercado desempeña un papel considerable en el creciente problema de la resistencia de las malezas a los principios activos de los herbicidas, según subraya Rocaboy, y el hecho de equilibrar la gestión de la resistencia con la necesidad de un control eficaz constituye un reto continuo.
“El uso del control eléctrico de malezas, ya sea de forma independiente o en combinación con un control químico y/o mecánico, resuelve muchos de estos problemas de una manera económica y sin necesidad de largos procedimientos de aprobación. Las unidades se adaptan a diferentes sistemas de cultivo en hileras y se controlan mediante tractores compatibles con ISOBUS Clase 3”.
Además del control de malezas como las especies de hierbas altas en cultivos de campo, y del tratamiento de malezas con complejos sistemas radiculares como la grama, donde la alteración del suelo puede empeorar los problemas ya existentes, el sistema contribuye a controlar las malezas entre árboles o arbustos en plantaciones frutales, pudiendo efectuar la escarda cerca de la maleza, sin riesgo de dañar los árboles o arbustos ni de provocar movimientos del suelo. También evita la germinación de las malezas y reduce al mínimo el riesgo de erosión del suelo. La necesidad de trabajo manual desaparece, y el sistema es compatible con los principios de la agricultura biológica. Por otra parte, elementos como tubos de agua y cercas presentan un menor riesgo de sufrir daños que cuando se siega para controlar las malezas.
Esta tecnología puede utilizarse con otros sistemas de agricultura de precisión de Case IH, según subraya Rocaboy.
“Por ejemplo, dado que la potencia eléctrica requerida para obtener los mejores resultados depende de la humedad existente en la superficie de las hojas, y que la capacidad de desplazamiento de la tensión depende a su vez de la humedad del suelo, puede emplearse el nuevo sistema de registro de la humedad del suelo y de predicción meteorológica FarmXact, que utiliza una estación meteorológica en el campo, para verificar si estos factores son los adecuados para el tratamiento. FarmXact incorpora los sensores de suelo SoilXact, instalados en el campo durante todo el año. Los datos que aportan, además de otros datos disponibles como los del radar de lluvia, las imágenes por satélite y los registros de la estación meteorológica, forman parte del pronóstico de humedad del suelo”.