53 millones en pérdidas por el apagón eléctrico
El apagón eléctrico que afectó a gran parte de la Península Ibérica el pasado lunes 28 de abril ha dejado una profunda huella en el sector de la distribución alimentaria. Según una primera estimación de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), los daños provocados ascienden, como mínimo, a 53 millones de euros.
La cifra se basa en una evaluación preliminar que incluye especialmente la pérdida de productos frescos, refrigerados y congelados. En muchos casos, estos alimentos tuvieron que ser retirados por precaución al no poder garantizarse la cadena de frío ni las condiciones de seguridad alimentaria. La donación de estos productos fue inviable debido a la falta de información y a las circunstancias excepcionales generadas tras el apagón eléctrico.
Además de la pérdida de stock, ASEDAS subraya que la interrupción eléctrica obligó a desplegar costosos esfuerzos logísticos: desde el uso de grupos electrógenos y el consumo adicional de combustible, hasta un aumento de los servicios de seguridad, transporte, retirada de residuos y reorganización de operativas internas.
La patronal, que representa al 75 % de la distribución alimentaria en España, advierte que la crisis eléctrica ha puesto en evidencia la alta dependencia energética del sector, especialmente de los sistemas de refrigeración, las cajas registradoras, TPV e infraestructuras digitales.
“La distribución alimentaria ha demostrado ser esencial en todas las crisis recientes —pandemia, huelgas, fenómenos meteorológicos extremos— y también en este apagón”, afirmó Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS. “Necesitamos que el Gobierno impulse cuanto antes mecanismos automáticos de protección y planes de crisis claros que aseguren nuestra capacidad de operar”.
La asociación valora positivamente que la Estrategia Nacional de Alimentación contemple estos planes, pero insiste en la urgencia de pasar a la acción.