Eficiencia de la tecnología de encapsulado totalmente biodegradable eqo.x
ICL acaba de presentar su exclusiva tecnología eqo.x, que consigue la biodegradabilidad total y rápida del encapsulado de los CRF. En los ensayos de campo se puede comprobar la alta eficiencia de esta tecnología, con aumento de producciones, reducción de aplicaciones y mejor absorción de nutrientes.
La gran novedad de ICL para este 2023 ha sido su nueva tecnología eqo.x. con la que ofrece un encapsulado totalmente biodegradable y de forma rápida para fertilizantes de liberación controlada (CRF), adelantándose así a los requisitos futuros del nuevo Reglamento (2019/1009) relativo a los productos fertilizantes UE, que exige el uso de este tipo de encapsulados para el año 2026.
ICL consigue con eqo.x dar un paso más en el desarrollado de innovaciones sostenibles para sus CRF que, además, son fertilizantes que van a desempeñar un papel clave en el cumplimiento de los requisitos del Pacto Verde Europeo, ya que mejoran la eficiencia en el uso de nutrientes (EUN), mantienen o aumentan la producción con un menor aporte de fertilizantes, reducen las pérdidas de nutrientes y, a menudo, solo se requiere una aplicación para toda la temporada.
Ensayos en patata y arroz
Los fertilizantes CRF con tecnología eqo.x han sido sometidos en su proceso de desarrollo a exhaustivos ensayos en campo, con unos resultados similares o mejores en cuanto a producción y calidad respecto a las tecnologías de encapsulado existentes, manteniendo patrones de liberación constante y totalmente predecible para una mejor gestión de los programas de nutrición.
Así, y por poner algunos ejemplos, en los ensayos desarrollados en el cultivo de patata con la aplicación de Agromaster potenciado con la nueva tecnología eqo.x, la producción de tubérculos de tamaño mayor de 55 mm aumentó en un 24% y la producción total aumentó en un 11%. Además se constató un 44% más en la eficacia del uso del nitrógeno y solo fue necesaria una aplicación, ya que Agromaster proporciona los nutrientes a las plantas de forma gradual. Por eso, ahorra costes de mano de obra y combustible, lo que minimiza las emisiones de CO2 y la huella de carbono.
En el cultivo de arroz los ensayos aportaron diferencias considerables en cuanto a producción, con un 36% más. La eficacia del uso del nitrógeno aumentó hasta en un 75% y también se realizó solo una aplicación durante el cultivo, minimizando las emisiones de CO2 y reduciendo la huella del carbono.