El Suelo. Factor Clave en la Nutrición, Bioestimulación y Protección del Cultivo de Aguacate
El suelo desempeña un papel vital a lo largo de toda la vida de los organismos vegetales. Tiene la función de sostener a la planta, dotarla de sujeción, para que pueda crecer hasta su máximo esplendor, así como de nutrientes e hidratación, elementos fundamentales para el mantenimiento de la vida. Es por ello que requiere una especial atención para asegurarnos que nuestros cultivos se desarrollen en condiciones idóneas.
Por Víctor Villalobos. Cofundador de Avogoconsulting
En el caso de los subtropicales, más concretamente en el aguacate, la evaluación de un plan de fertilización es un tema complejo y que suele generar muchas dudas a aquellos agricultores que deciden apostar e iniciarse en este cultivo. Por este motivo, deseamos presentar los puntos clave para saber elaborar un buen plan de fertilización, rápido y eficiente.
En primer lugar, podemos basarnos en un diagnóstico visual para determinar en qué estado se encuentra nuestras plantas. Esto nos permitirá tener un punto de partida para poder configurar el plan de fertilización en base al aspecto físico que muestra. Saber en qué estamos fallando es vital para corregir los errores y evitar una producción nefasta.
Podemos empezar fijarnos si las plantas muestran alguna sintomatología en alguno de sus tejidos. Si los síntomas están presentes sólo en tejidos jóvenes el carácter del elemento desbalanceado será móvil: nitrógeno, potasio, fósforo, magnesio, cloro, sodio, molibdeno y zinc. Sin embargo, sin los síntomas se presentan de manera generalizada en tejidos adultos y jóvenes el desequilibrio estará en un elemento poco móvil: calcio, azufre, hierro, cobre y boro (Marschner, 2011).
Este examen visual es enormemente práctico, rápido y sencillo, pero este sistema es solamente preliminar y nunca definitivo. Podemos encontrar el inconveniente que las diferencias entre variedades de cultivo puedan conducir a conclusiones equivocadas. Además, en el caso de darse deficiencias multielementales no podríamos determinarlo a simple vista, pues el efecto combinado puede resultar en fenotipos muy diversos.
Es vital recurrir a tres estudios para elaborar el plan de fertilización del aguacate: un análisis de suelo, un análisis foliar y un análisis de la cantidad de nutrientes del fruto. Estos análisis nos permiten conocer tres aspectos claves:
1) Análisis de suelo. Si los nutrientes se encuentran en una proporción adecuada para el crecimiento reproductivo o vegetativo. Se recomienda realizarlo antes de plantar y aproximadamente cada tres años, para conocer la evolución del consumo de nutrientes.
2) Análisis foliar. Si la planta realmente es capaz de tomar los nutrientes de forma correcta o si presenta problemas de absorción radicular. Puede que los elementos esenciales se encuentran en un estado iónico que impida su captación o uso por la planta. Debe hacerse cada año, tras la cosecha y tomando las hojas de los brotes vegetativos
3) Análisis de fruto. Al analizar la cantidad de nutrientes del fruto podemos determinar la capacidad de extracción de nutrientes de la planta y cuántos pasan del suelo al fruto recolectado.
Dentro de estos tres estudios, el análisis del suelo nos va a dotar de una amplia gama de datos con los que poder configurar nuestro plan de nutricional: 1) La capacidad del suelo para ratener nutrientes; 2) si el pH es correcto para la biodisponibilidad de los nutrientes, recomendándose valores entre 6.0-7.5; 3) potenciales problemas de salinidad (elevada concentración de sales minerales), encontrándose su rango óptimo en 0.0-0.2 dS/m; 4) Potenciales problemas de exceso de agua, causando lavado de nutrientes.
La Universidad de California ha obtenido unos valores de referencia para el cultivo de aguacate y que nos pueden ayudar a interpretar mejor los análisis de suelo.
Elemento | Unidades | Rango óptimo |
Nitrato-Nitrógeno | ppm | 22-32 |
Fósforo (Olsen) | ppm | 20-35 |
Potasio (Suelo) | ppm | 110-680 |
Potasio (Solución) | meq/L | 0.92-2.9 |
Calcio (Suelo) | ppm | 3500-4600 |
Calcio (Solución) | meq/L | 3.7-9.7 |
Magnesio (Suelo) | ppm | 350-700 |
Magnesio (Solución) | meq/L | 2.8-5.8 |
Sodio (Suelo) | ppm | 0.0-330 |
Sodio (Solución) | meq/L | 0.0-15 |
Sulfato | meq/L | 1.4-21 |
Manganeso | ppm | 3.2-64 |
Zinc | ppm | 1.9-42 |
Hierro | ppm | 19-60 |
Cobre | ppm | 0.56-11 |
Boro | ppm | 0.42-2.2 |
Cloruro | meq/L | 0.21-4.8 |
Esta misma institución ha elaborado valores de referencia para comparar los análisis foliares. Normalmente los laboratorios responsables de este tipo de estudios poseen tablas específicas del cultivo. Generalmente, se basan en los siguientes valores.
Elemento | Unidad | Deficiencia (<) | Rango Adecuado | Excesivo (>) |
Nitrógeno (N) | % | 1.6 | 1.8-2.4 | 2.8 |
Fósforo (P) | % | 0.05 | 0.08-0.25 | 0.3 |
Potasio (K) | % | 0.35 | 0.75-2.0 | 3.0 |
Calcio (Ca) | % | 0.5 | 1.0-3.0 | 4.0 |
Magnesio (Mg) | % | 0.15 | 0.25-0.80 | 1.0 |
Azufre (S) | % | 0.05 | 0.20-0.60 | 1.0 |
Boro (B) | ppm | 10-20 | 20-100 | 100-250 |
Hierro (Fe) | ppm | 20-40 | 50-200 | NA |
Manganeso (Mn) | ppm | 10-15 | 30-500 | 1000 |
Zinc (Zn) | ppm | 1-20 | 30-150 | 300 |
Cobre (Cu) | ppm | 2-3 | 5-15 | 25 |
Molibdeno (Mo) | ppm | 0.01 | 0.05-1.0 | NA |
Cloruro (Cl) | % | NA | NA | 0.25-0.50 |
Sodio (Na) | % | NA | NA | 0.25-0.50 |
Litio (Li) | ppm | NA | NA | 50-75 |
Ahora que tenemos nuestros análisis listos y sabemos cómo interpretarlos, llega la hora de actuar. En este momento nos podemos encontrar ante tres situaciones.
1) El análisis foliar indica una situación nutricional correcta. Este es el caso que todo agricultor desea tener pues significa que la aplicación de su plan nutricional funciona correctamente. Sin embargo, puede darse el caso de de que la extracción de nutrientes por el fruto sea mayor que los nutrientes aportados. En este caso se recomienda añadir exclusivamente la diferencia, para no agotar el suelo.
2) El análisis foliar indica que hay un exceso de nutriente. En esta situación la presencia de nutrientes es mayor a la que la planta puede captar. Esto puede desembocar en problemas, puesto que elevadas concentraciones pueden impedir la captación de agua u otros iones. Se deben reajustar las dosis a los requerimientos nutricionales y realizar un análisis foliar posterior.
3) El análisis foliar indica que hay un déficit de nutriente. Para este caso lo más idóneo es revisar el pH del suelo, las fuentes de fertilización y la frecuencia de aplicación. Determinar la causa del déficit es la única forma de saber compensarlo correctamente.
La nutrición vegetal es uno de las puntos más complejos y determinantes para un correcto manejo de nuestras plantas. En este sentido, no sólo es importante aportar los nutrientes que necesita la planta, sino también la manera de hacerlo. Además, el entorno en el que se encuentre la planta afecta en gran medida a la necesidades nutricionales de la misma, impidiendo establecer un protocolo estático, reproducible y fiable.
Artículo publicado en la revista ECA FRUITS Ed. 18