UE: Nuevas normas de etiquetado sobre el origen de la carne
Dos informes publicados por la Comisión Europea han concluido que los requisitos de las nuevas normas en las que se exige informar en el etiquetado sobre el origen de la carne no han tenido en cuenta los costes de este tipo de información. Ante esto, estiman que lo más adecuado sería que este tipo de información fuera voluntaria y no obligatoria.
Uno de estos informes hace referencia expresamente a los casos en los que la carne es uno de los ingredientes fundamentales de un alimento procesado. Según la Comisión, los consumidores demandan este tipo de información pero menos en el caso de alimentos como la carne, los productos cárnicos y los productos lácteos.
También se analiza en el informe los costes y benéficos de las normas de etiquetado, incluyendo su posible impacto en el mercado interno y el comercio internacional. Por esto concluye que el sistema de etiquetado voluntario es la mejor solución combinándolo con los actuales sistemas obligatorios de información en el etiquetado para determinadas categorías.
Por otro lado, el etiquetado del origen de las carnes en EE.UU., conocido como COOL por sus siglas en inglés, no ha salido bien parado en un informe que acaba de presentar el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA). El informe señala que el COOL no ha generado ningún beneficio medible para el consumidor. La demanda de carne de vacuno o de porcino no ha aumentado por el COOL. Por el contrario, el informe destaca que los ganaderos, industria, distribución y consumo se han visto perjudicados por este sistema. El coste de aplicación del COOL, tan solo en la carne de vacuno y en su primer año de aplicación, fue de 405 millones de euros. Los consumidores se vieron perjudicados al tener que soportar mayores precios en los lineales y una menor oferta.