Jerónima Bonafé: «sin las mujeres, el medio rural no continuaría»
Por Milagros Jurado
Coincidiendo con la conmemoración del Día de la Mujer, en ECA queremos reivindicar el papel y la contribución de las mujeres profesionales rurales a través de esta entrevista con Jerónima Bonafé, secretaria del Consejo Rector de Cooperativas Agro-alimentarias de España, y presidenta de Cooperativas Agro-alimentarias de les Illes Balears. Con ella, claro exponente de mujer con voz y capacidad de decisión, en un entorno donde aún prevalece el liderazgo masculino, hablamos sobre cuestiones como la todavía escasa visibilidad de la mujer en los órganos de gobierno de cooperativas y organizaciones del sector agrario y, por tanto, la necesidad de seguir trabajando por un mayor protagonismo de la mujer rural.
e-Comercio Agrario: hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, ¿cómo valoraría su papel en el ámbito rural?
Jerónima Bonafé: de una gran importancia en todos los sentidos, el social, el económico y el laboral. Yo creo que si las mujeres no estuvieran en el medio rural, éste no continuaría.
ECA: ¿cuál entiende que es la principal contribución de la mujer en el entorno rural?
J.B.: una de las principales es que fija y mantiene el territorio, en el sentido más amplio de la palabra. Es importante reconocer que una explotación agraria hoy en día gira en torno a ese papel tan importante que realizan las mujeres.
ECA: ¿les queda aún a las mujeres profesionales rurales un largo trecho que recorrer para posicionarse de manera igualitaria con respecto a los hombres? ¿Considera que aún son pocas las mujeres en cargos de responsabilidad dentro de las organizaciones y empresas agro-alimentarias?
J.B.: yo creo que queda un largo camino, un camino que se va andando paso a paso, día a día, pero, así y todo, queda aún mucho por avanzar. La mujer rural es una mujer con poca visibilidad, debido a su todavía escasa proyección hacia ámbitos de representación y decisión.
La mujer rural, aparte de profesional de este sector, concilia su vida laboral con la personal y familiar, lo cual supone una de las barreras que le impiden ser visible, en la mayor expresión de la palabra
Si hablamos en concreto del sector de las cooperativas agro-alimentarias, aún son poquísimas las mujeres en cargos de responsabilidad. Así, del 25% de mujeres socias de cooperativas, apenas el 3% está presente en los consejos rectores y órganos de decisión. El panorama no es mejor en las Organizaciones Profesionales Agrarias, cuyas cúpulas la integran hombres en su mayoría, con raras excepciones en las que una mujer llega a ser secretaria general.
La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el sector agrario es un tema en el que se viene trabajando en los últimos diez años, aunque todavía cuesta muchísimo dar pasos hacia adelante. La razón es que todavía estamos instaurados en una cultura de «conservar lo que tenemos». En el caso del sector cooperativo, la tendencia mayoritaria de que los consejos rectores estén integrados en su mayoría por hombres se va desmontando poco a poco.
ECA: ¿qué acciones estima necesarias para allanar el camino profesional a la mujer dentro del sector rural y agro-alimentario?
J.B.: Yo creo que es importantísimo un empoderamiento de estas mujeres. Es decir, las mujeres rurales deben aspirar a ser líderes y esto se consigue a base de mucha sensibilización, que en el caso de las cooperativas agro-alimentarias va dirigida hacia los consejos rectores y socios; también a través de mucha formación e información constante a estas mujeres para concienciarlas y darles a entender que lo mismo que hace un hombre, e incluso mejor, lo puede hacer una mujer.
En nuestro país, la cultura del emponderamiento femenino, de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, no ha sido muy insistente
ECA: ¿qué tiene que decir sobre la participación y protagonismo de las mujeres en el caso de las cooperativas agro-alimentarias? ¿Qué avances se han hecho al respecto?
J.B.: se han hecho pequeños avances. Así, varias cooperativas de diferentes comunidades autónomas se han implicado en convenios voluntarios con el IMIO (Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades), algo que, de alguna manera, ha contribuido a destapar la sensibilidad que puede empezar a haber en cooperativas que apuesten realmente por la integración y participación de la mujer en sus consejos rectores.
ECA: ¿qué tipo de proyectos e iniciativas se vienen desarrollando desde su organización para contribuir a un mayor protagonismo de la mujer en el ámbito rural?
J.B.: un proyecto de emprendimiento y fomento del liderazgo de la mujer en los órganos de decisión de las sociedades del sector agro-alimentario, en este caso, de las cooperativas. Se viene desarrollando desde hace años, a través de acciones de sensibilización y formación, con el objetivo de incrementar y mejorar la participación de la mujer en los consejos rectores. Dichas acciones se dirigen tanto a hombres como mujeres socios de nuestras cooperativas.
ECA: ¿considera que todavía existen importantes desigualdades que salvar en terrenos como el salarial?
J.B.: sí, la desigualdad salarial es una brecha importante que está presente en todos los sectores, incluido el de las cooperativas agro-alimentarias.
ECA: ¿cuáles son los principales retos que debe afrontar la mujer profesional rural?
J.B.: el más importante es el de contribuir a romper la cultura a la que me he referido antes, según la cual el liderazgo y emponderamiento parece que se han hecho para los hombres. Las mujeres rurales debemos romper esta barrera, aspirar a un mayor protagonismo y liderar cualquier tipo de organización o cooperativa, terminando con ese miedo que tenemos a dar un paso más hacia nuestra visibilidad y a estar en organizaciones de nuestra sociedad civil.
ECA: ¿en qué medida considera que desde la Administración se viene contribuyendo a visibilizar la figura de la mujer en el entorno rural? ¿Se echan en falta políticas de apoyo a la participación y protagonismo de la mujer en el sector agro-alimentario?
J.B.: Yo creo que depende un poco de cada Administración. A mi entender, las diferentes administraciones deberían realizar políticas públicas que fueran en una misma línea y dirección. Creo que debería de hacerse algo parecido a lo que se está planteando con un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, haciéndolo extensivo a todas las administraciones para contribuir de manera más efectiva a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de actuación. En definitiva, aunque se están aplicando algunas políticas a favor de una mayor igualdad entre géneros, es necesario incidir más y reforzar lo que ya se viene haciendo, y especialmente en el ámbito rural, donde todavía cuesta mucho avanzar en ese sentido.