El Futuro del negocio de las Frutas y Hortalizas en Europa. David del Pino. Granada La Palma SCA
El mundo de las frutas y hortalizas en fresco está en ebullición en Europa y en apenas unos días nos veremos todos las caras en Fruit Logistica 2016 tratando de descifrar que nos depara el futuro.
La guerra de precios generalizada entre las cadenas de distribución (con mucha incidencia en Reino unido y otros mercados) y los excesos de producción (especialmente en esta última campaña de otoño-invierno) han puesto el foco en la pérdida de rentabilidad y la grave erosión de los márgenes.
Pero las incertidumbres son múltiples y de todo tipo: Consolidación de la distribución, Incertidumbres políticas y jurídicas (Acuerdo transatlántico de comercio con EEUU, Bloqueo de importaciones de Rusia, Sentencia de cancelación del Acuerdo Comercial con Marruecos del Tribunal de la UE, Incertidumbres políticas en el norte África, nueva PAC) e incertidumbres económicas de los productores.
Si lo miráramos como un espectador externo al negocio, podríamos decir que la situación tiene todos los ingredientes de convertirse en una tormenta perfecta.
Se está produciendo un nuevo proceso de consolidación de la distribución que amenaza la Ley de Pareto. Y ya no será el 20% de los distribuidores los que dominen el 80% de un mercado, sino que el 2-5% de los distribuidores pueden llegar al 80-90%. Con lo cual, su poder de negociación será imposible de contrabalancear.
Las incertidumbres políticas han dejado a los productores europeos sin uno de sus grandes mercados emergentes (Rusia) y no hace tanto, también a Turquía. Todo el volumen que se dirigía hacia este mercado ha de desaparecer o reorientarse pero, ¿hacia dónde?
Turquía tiene la capacidad de readaptar su tremenda capacidad productiva hacia los mercados europeos y mientras, Marruecos y otros países ribereños del mediterráneo, no están dispuestos a abandonar su posición arduamente ganada, en el mercado europeo, por una difusa promesa de éxito comercial en un mercado como el ruso, que afronta una crisis con devaluación de moneda galopante incluida.
Por otra parte, en Europa se está dando un curioso fenómeno de inversión en la agricultura (quizás por exceso de liquidez en los mercados financieros) que ya muchos analistas tildan de clara Burbuja de Inversión.
España y especialmente el sureste, ha recuperado (y superado) el número de hectáreas que había ido perdiendo por la presión competitiva de otros orígenes desde el año 2000. Las tasas de exportación alcanzan récords históricos mientras se suceden las protestas de los agricultores por la falta de rentabilidad.
En Holanda y después de años sombríos en los resultados de los agricultores y empresas, se está produciendo una reorganización productiva que quiere copar todo el calendario productivo con nuevas tecnologías como la geotermia o los cultivos bajo luz artificial.
Y en cada país europeo, hay una efervescencia de agricultores locales que se quieren hacer un hueco en las estanterías de sus países con la arrasadora tendencia del “local for local” (Producto local para los de aquí)
De esta forma, parece claro que el precio seguirá siendo el principal driver del negocio. Pero también es cierto, que esta presión parece haber alterado las reglas del juego y está obligando a los integrantes a cambiar su estrategia (porque ya casi nadie gana).
En este sentido, los evidentes signos de cambio en el comportamiento del consumidor pueden ser la única tabla de salvación de muchas empresas. (La Salud, la Conveniencia, la Naturalidad, el compromiso Medioambiental y los diferentes tipos de consumos concienciados o estilos de vida)
Las implicaciones de estas tendencias son cruciales para la distribución y no lo son menos para nosotros, los productores. En gran medida, nos obliga a elegir estrategia. O bien, producimos commodites a precios cada vez más bajos, o encontramos las características que los consumidores van a valorar en los productos que cultivamos.
David Del Pino, director general de Granada La Palma SCA y blogger en www.daviddelpino.com