Segundo año consecutivo que la esclerotinia del arroz se propaga en Valencia
La Asociación Valenciana de Agricultores AVA-ASAJA ha alertado que éste es el segundo año consecutivo que se propaga en los cultivos de su comunidad autónoma el hongo Nakataea oryzae, que provoca la enfermedad de la esclerotinia del arroz, cuyo resultado final es la pudrición y muerte de las plantas infectadas. El sindicato agrario ha llamado la atención sobre la ausencia de materias activas para combatir esta plaga, que amenaza con destruir toda la cosecha en áreas afectadas, de modo que los agricultores sólo pueden optar a la quema, el enterrado profundo o la retirada de la paja.
La incidencia de esta nueva plaga sobre los arrozales valencianos fue detectada el pasado año por la propia organización agraria en algunas explotaciones, que presentaban evidentes problemas de podredumbre que no respondían a ningún patógeno establecido hasta el momento. Tras las pertinentes comprobaciones sobre el terreno, técnicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) concluyeron que los daños obedecían al mencionado hongo Nakataea oryzae, el cual nunca antes se había manifestado con tal virulencia en el arrozal valenciano.
Los investigadores recomendaron entonces una serie de métodos de lucha para hacer frente a la nueva plaga. Las aplicaciones foliares de fungicidas fueron descartadas desde el primer momento, ya que los agricultores no disponen a día de hoy de ninguna materia activa que resulte eficaz contra la esclerotinia del arroz. En su lugar, el IVIA aconsejó la necesidad de eliminar los restos de la paja, que es donde sobrevive el hongo, mediante la incineración, el enterrado profundo de los mismos o su completa retirada de las parcelas.
Un estudio de campo desarrollado por AVA-ASAJA constata que los ataques de este hongo han sido frenados en todas aquellas parcelas donde el año pasado la Conselleria de Agricultura autorizó la quema de la paja del arroz, mientras que el inóculo ha seguido manifestándose y extendiéndose esta temporada en los otros campos donde no se incineró excepcionalmente, sobre todo en las explotaciones situadas en el marjal de Almenara.
AVA-ASAJA añade que las otras prácticas culturales sugeridas para hacer frente a la enfermedad no han resultado viables en muchos casos. Por un lado, los arroceros que tienen sus explotaciones cerca del lago no pueden enterrar los restos de paja a una profundidad suficiente ya que la capa de suelo no suele sobrepasar unos pocos centímetros de grosor. Dejar los restos enterrados a poca profundidad, en cambio, favorece el inóculo, el contagio y la penetración del patógeno. Por otra parte, la retirada de paja constituye en la actualidad un sobrecoste inasumible para la mayoría de los productores mientras no exista un sistema de almacenamiento y aprovechamiento rentable de este tipo de residuos.
Esta grave amenaza a la que se enfrenta el sector arrocero valenciano se suma a los estragos que ha causado este año el hongo de la pyricularia, la mala hierba Leersya oryzae y los pulgones, según advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, quien augura «pérdidas millonarias en los arrozales valencianos» si no se acomete con urgencia un plan de acción específico para combatir la esclerotinia del arroz, a partir de las experiencias de la pasada campaña.